Día: 07-04-2016.
Lugar: Oviedo.
Comentario:
Incendio espectacular
de una casa situada en la Calle Uría y en donde moriría un bombero al intentar
extinguir el incendio.
Me acercaría por la
tarde, después de las “horas de Rajoy” a ver la zona, la cual estaba plagada de
gente con la misma intención que este menda.
Realizaría algún que
otro vídeo pero que no podría finalmente descargar en el pc.
Enlace y vídeo del incendio.
Algunos vídeos más…
Noticia de LNE.
Incendio en Oviedo: Un pavoroso fuego estremece Oviedo
Eloy Palacio Alonso, bombero local de 56 años, fallece en el incendio del
número 58 de la calle Uría cuando trabajaba en el interior del inmueble.
E. VÉLEZ El 58 de la
calle Uría forma parte desde ayer de la historia negra de Oviedo. El edificio
se convirtió en un infierno de llamas y humo que acabó con la vida de Eloy
Palacio Alonso, un bombero de 56 años del Servicio de Extinción de Incendios y
Salvamento del Ayuntamiento (SEIS), y que mantuvo en vilo a toda la ciudad
durante siete horas. Su compañero Juan Carlos Fernández Granda, de 35 años,
permanece ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con
una rotura de fémur y el alma deshecha. Ambos estaban dentro del inmueble para
enfriar la estructura y hacer labores de desescombro cuando lo poco que quedaba
en pie detrás de la fachada se vino abajo y les enterró en un mar abrasador de
vigas, cristales, ladrillos y tejas.
La ligera nube
negra que salía hacia las 11.30 horas del segundo piso del edificio, sede de la
Federación Asturiana de Concejos (FACC) y del grupo Mahou-San Miguel y con la
zapatería Mary Paz en la planta baja, captó la atención de una patrulla de la
Policía Local. Los agentes llamaron al telefonillo sin éxito.
Al comprobar
que el humo crecía por momentos, los policías avisaron a los Bomberos de Oviedo
y se prepararon para entrar. En ese instante, la empleada del hogar que
trabajaba en el segundo piso llamó por teléfono a los dueños –y a la vez
propietarios de todo el edificio– para contarles que la vivienda era
irrespirable.
La Policía
Local acordonó en pocos minutos el tramo central de la calle Uría desde la
confluencia con Toreno hasta la esquina con Independencia para prohibir el paso
de los viandantes, bastante alarmados porque la arteria principal de la ciudad
se parecía a Londres llena de neblina. Los vehículos especiales empezaron a
ocupar la calzada; camiones cisterna, coches de Policía Local, Nacional,
Protección Civil y ambulancias llegaban con las sirenas puestas. Los peatones
que se quedaron en medio del área restringida no sabían muy bien qué hacer.
"¿De dónde viene y adónde va?", les preguntaban los agentes.
El concejal de
Seguridad Ciudadana apareció entre el humo. "No hay víctimas. Se ha
desalojado el edificio y haremos lo mismo con las casas colindantes".
Ricardo Fernández estaba tenso. Muy tenso. Sabía que el 58 de Uría es un
edificio de 1889, obra del arquitecto Juan Miguel de la Guardia y que está
incluido en el Catálogo Urbanístico del Concejo de Oviedo. Pero lo que no podía
quitarse de la cabeza es que está hecho casi íntegramente de madera. Mientras
expresaba sus temores en voz alta –que el fuego consumiese el inmueble y se
propagase por el entorno– alguien gritó: "¡En Melquíades Álvarez
también!". Y echó a correr.
A la vuelta de la esquina, por el tercer piso del portal 25 de esa calle también salía humo. El inmueble está pegado al de Uría y ambos comparten patio. Los vecinos salieron y los bomberos se afanaron en combatir el nuevo frente. Ya era la una del mediodía.
A la vuelta de la esquina, por el tercer piso del portal 25 de esa calle también salía humo. El inmueble está pegado al de Uría y ambos comparten patio. Los vecinos salieron y los bomberos se afanaron en combatir el nuevo frente. Ya era la una del mediodía.
Un ruido de
cristales hizo que el edil corriese de nuevo. Las llamas ya eran lenguas de
fuego por las ventanas del número 58 de Uría. El fuego arañó al 56. Llegaron
una decena de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) de
refuerzo y evitaron que se propagase.
El Alcalde,
Wenceslao López, entró en Uría sin apartar la vista del cielo, aunque pidió
explicaciones. La investigación sobre el origen del siniestro apunta a un
cortocircuito en un falso techo, una simple chispa que acabó con todo un
edificio. Pero sólo son conjeturas. El Juzgado de Instruccción número 2 se ha
hecho cargo del caso.
López quiso
verlo mejor y subió al noveno piso del edificio de enfrente, donde los periodistas
estaban desde hacía rato. Le siguió el comisario de la Policía Local, José
Manuel López, y el edil de Cultura y tercer teniente de Alcalde, Roberto
Sánchez Ramos. El piso se convirtió en un centro de operaciones. Las chispas
saltaron al tejado del 52, por encima de dos inmuebles, y quemaron la claraboya
del tejado. El miedo se apoderó de algunos, pero la intervención de los
bomberos evitó que se propagase el fuego.
Eran las 16.15
horas cuando el Alcalde anunció que el incendio estaba dominado. Y ¡¡buuuuum!!
Oviedo se fue a negro. La estructura interna del 58 de Uría se vino abajo
matando a un hombre e hiriendo a otro. A Juan Carlos Fernández le sacaron
rápido y le llevaron al HUCA con el oxígeno puesto. A Eloy Palacio no lo
sacaron hasta las 18 horas. Muerto.
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