Día: 17-04-2014.
Comentario:
Jueves Santo y decidí
poner rumbo al Occidente de Asturias, en concreto a Tapia de Casariego ya que
en dicha población se celebraba un campeonato de surf muy importante en
Asturias.
En el trayecto hasta
Tapia estrenamos el tramo de autovía que nos faltaba por conocer, así que
llegamos antes de lo previsto a dicha zona.
Como era pronto,
decidimos dejar la visita a Tapia hasta la tarde, así que para hacer algo de
tiempo hasta la comida, decidí que nos acercariamos a Taramundi para ver un
poco como estaba la zona.
En el trayecto hasta
dicha zona paramos a tomar un café en el “Restaurante Peña Mar”, el cual me
encantó por la decoración que tenía de relojes de pared, por la cantidad de
lámparas y otros objetos de décadas pasadas, poniendo rumbo rumbo a Taramundi tras tomar éste, llegando a dicha localidad sobre las 12h.
Tras una breve visita
con parada incluida en la oficina de turismo, nos fuimos a ver el conocido
complejo etnográfico de Os Teixois, situado a unos 4 Km de la capital del
concejo.
Aparcamos el coche a
las afueras ya que el coche no llegaba hasta dicho pueblo y tras bajar por una
caleya unos 200 metros ya pudimos ver las primeras construcciones del pueblo,
con restaurante incluido para los turistas.
Tras el pago de 3 euros
por cabeza entramos en el recinto etnográfico donde a través de una visita
guiada nos fueron mostrando las diferentes maneras en las que se podía
aprovechar la fuerza del agua.
La primera visita fue
la del Molino y donde pudimos apreciar como se producía la molienda de
cereales.
Dicho molino es una construcción rectangular con
cubierta a dos aguas, hecha de mampostería y pizarra. Consta de dos espacios indispensables: el infierno o nivel hidráulico en la parte de
abajo y la sala de la molienda en el piso de arriba.
El molino de Teixois era de varios propietarios, siguiendo el
sistema llamado dequendas o kalendas, es decir que cada
propietario podía hacer uso de él en función de la mayor o menor propiedad que
tuviera.
Interior del molino.
Imagen del arroyo de Las Mestas por donde transcurría el agua
que movía todos los artilugios de este conjunto etnográfico.
Imagen del hórreo o llamado también “Cabazo”, utilizándose
éste para guardar todo tipo de alimentos a salvo de los roedores, alimañas y de
la humedad.
Seguidamente pasamos al lugar donde estaba situada la Rueda
de afilar, la cual servía para afilar toda clase de herramientas de trabajo, aprovechando para su funcionamiento el mismo arroyo de Las
Mestas.
Demostración de cómo se utiliza dicha rueda.
Tras la demostración anterior seguimos por el exterior,
viendo en este caso la parte trasera del hórreo o cabazo que habíamos pasado
anteriormente después de la visita al molino.
Al lado de la Rueda de afilar se encontraba el Generador.
Digamos que el mismo era como una minicentral eléctrica con
la cual se conseguía generar electricidad para alimentar algunas bombillas.
Aquí hubo también una pequeña demostración y cuanto más rápida se movía la
rueda, mas se iluminaba la bombilla.
Cerca del generador se encontraba El Batán, el cual era un
mecanismo hidráulico de madera con el cual se hacía el abatanado o enfurtido
para darle mayor resistencia a las telas y paños mediante golpeteos.
Imagen de los mazos que golpeaban las telas para darles más
consistencia.
La última visita iba a ser el Mazo donde aproveché para sacar una foto de su parte
exterior.
Los mazos junto con las ferrerías tuvieron gran importancia
económica en la Zona Occidental de Asturias en los s.XVIII y XIX.
Mientras que en las ferrerías se fundía el mineral en
lingotes, en los mazos se trabajaban para estirarlos y dar forma a los
utensilios y herramientas, siendo este trabajo el más duro de cuantos se daban
en dicho lugar.
Demostración en el interior del Mazo de cómo se moldeaba un
hierro con el fuego.
Imagen del fuelle.
Desde el conjunto etnográfico se podía ver otro hórreo con el
riachuelo del complejo.
El Merendero “El Mazo”, situado en la entrada del complejo
etnográfico.
Regresamos al coche y pudimos ver antes de llegar al mismo la
Ermita de Santo Domingo.
Bonito interior de la misma.
De regreso a Taramundi, paramos unos minutos a ver al mayor
museo de molinos de España, el de Mazonovo, situado a 1 Km escaso de Taramundi,
al cual le pude hacer alguna foto desde el exterior ya que era un poco caro el
visitar dicho lugar (casi 4 Euros).
Después de esto ya nos íbamos a dirigir a Vegadeo, donde
pararíamos a tomar el vermouth en un lugar que tenía algo de ambiente .
Después de la sesión vermouthera, ya nos dirigimos al lugar
donde se había reservado para comer en este día, en concreto a uno recomendado
en la Guia Michigrín, “La Viña de Oro”, situado en la localidad de Barres,
Castropol.
Llegamos un poco antes de las 15h y nada más entrar en dicho
local ya no me gustó mucho que digamos ya que por dentro estaba “decorado” como
lo que era, un bar de carretera, en este caso junto a un camping.
Lo segundo que no me gustó mucho fue el lugar que nos
dieron ya que en vez de ofrecernos mesa en el comedor (vimos que había libres y que no había movimiento de gente), la mesa que nos tenían
reservada (a pesar de haber reservado mesa unas horas anteriores) estaba
situada en la entrada, muy cerca de la barra.
En cuanto a la comida, decir que pedimos el Arroz del
Senyoret, un arroz acompañado de rapé, calamar y gambas, cobrándonos por el mismo más una ensalada normal, agua, cerveza y un par de cafés unos 37 Euros.
Lo bueno de este arroz era que no teníamos que mancharnos las
manos ya que el pescado estaba todo pelado y en cuanto al sabor, decir que no
me dio mucho más la paella en sí, así que a este lugar no volveré fijo seguro.
Como conclusión saqué que a la próxima me fijaré y me
informaré más del lugar que escogeré para comer en un día que pueda salir en
plan de turista dominguero.
Después nos fuimos a dar una vuelta por el coche, visitando
una playa en la que había estado ya hace sobre la friolera de 15 años, la playa
de Arnao, encontrándola mas deteriorada de cómo la tenía en mi mente de aquel
día que la visité, debido yo creo al temporal que afectó la costa asturiana
semanas atrás.
Playa de Arnao.
Próxima a la de Arnao, estaba la de Penarronda, de unos 600 m
de longitud.
En un pequeño alto, al lado mismo de la playa anterior, pudimos
ver la Ermita de San Lorenzo.
Tras esta visita motorizada ya puse rumbo con el coche a
Tapia de Casariego, con la esperanza de ver algo del campeonato de Surf que en
estos días se estaba celebrando en el pueblo.
Nada más aparcar el coche muy cerca de la playa, resulta que
me encontré con una cabra un tanto rara pero que me gustó por lo que extraño
que era el animal.
Fuimos hasta la playa, pero estaba todo parado, debido a que
el mar estaba super tranquilo y no había olas, elemento principal para cualquier
campeonato de surf, así que entonces cogimos la senda peatonal costera donde
pudimos apreciar algunos pequeños arenales del pueblo.
Después de los arenales apareció ante la vista, la piscina de
agua salada que tienen en el pueblo.
Con el tiempo desapacible que hacía, renunciamos a tomar algo
en algunas de las terrazas del puerto, por lo que fuimos a por el coche para
ponernos en ruta hacia Luarca, otro enclave importante de la costa asturiana.
En Luarca encontramos muchísima gente paseando por el pueblo.
Dimos entonces una vuelta por el puerto, donde vimos el museo
del calamar destrozado por el temporal.
Cansados ya de caminar nos fuimos hasta la zona del
cementerio y del faro donde pudimos apreciar buenas vistas de la villa, de su
puerto y de la Ermita de la Virgen Blanca.
Luego ya pusimos rumbo a casa, donde llegamos sin novedad y
en mi caso particular un poco cansado de tanto pateo (el día anterior había
corrido encima unos 15 Km).
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