Día: 01-12-2013
Lugar: Manzaneda (Gozón).
Comentario:
Tenía ganas de ir a comer por fuera, en plan de pasar el día digamos.
Se barajaban diversas posibilidades no estando del todo seguro con ellas, incluso llamé a Casa Chema, pero ya estaba todo ocupado, así que cuando estábamos a punto de dejarlo por imposible, a Noe se le ocurrió un restaurante que aparecía en la Guía Michigrín, “Casa Belarmino”, situado en Manzaneda (concejo de Gozón).
Reservamos para dos (A Javi y Bea no les apeteció venir ya que habían salido de noche y aparte habían comprado ya algo de comida…), así que sobre las 12h marchamos para la zona del Cabo Peñas.
Hicimos una breve parada en la zona de la playa de Verdicio, tomando algunas instantáneas de dicha playa, así como del menda.
Nos dirigimos entonces al Restaurante de “La Fustariega” donde Noe tomó el clásico vermouth y yo tomé un caldo de marisco. Aparte de las bebidas, recuerdo de este lugar los calamares que nos fueron dando.
Tras tomar algo, ya nos dirigimos al lugar de la comida, “Casa Belarmino”, donde dejamos el coche en el parking.
Vista del exterior del restaurante en cuestión.
Bar tienda.
Nos situaron en el comedor acristalado. Tenía “calefacción” por así decirlo, así que no hubo problemas con la temperatura del lugar, porque frío hacia un montón fuera.
Noelia sentada ya a la mesa.
Carta del lugar.
Escogimos dos entradas para compartir.
La primera entrada, “pastel de puerros” (especialidad de la casa) que estaba realmente exquisito. (No recuerdo haber probado uno tan bueno como éste).
Como segunda entrada nos dejamos aconsejar y probamos “Las sardinas de Avilés en nuestro aceite”, las cuales eran presentadas en seis lomos con sus tomatitos y estaban también muy bien.
Después de estas dos entradas, Noe escogió como plato principal “Rollo de carne relleno”, la cual estaba rellena de tortilla y jamón.
En mi caso escogí “callos”, los cuales venían cortados en trozos pequeños y acompañados de lo que llamaban la patatona, que era una patata grande frita, cortada en trozos grandes.
Venían en una fuente de barro, por lo que el calor sí que se mantuvo durante un buen tiempo, así que tuve que esperar un rato a empezar a comerlos (esto es lo que peor recuerdo de esta comida) y la nota positiva de este plato es que estaban muy buenos y la ración era abundante.
De postre escogí, ya que a Noe no le apeteció, la leche presa.
Pensábamos que era leche frita, pero cuando vino, vimos que era una especie de cuajada casera. Pusieron también un tarro de miel para echar. Estaba también muy rico este postre.
Tomamos café, en este caso de puchero.
Yo pedí como en mí es habitual, el café solo con bayles.
Al final nos cobraron por la comida unos 64 euros.
Me pareció bien el precio para lo que comimos y la comida sí que se puede decir que es de calidad.
La verdad sí que nos prestó tanto la comida como el conocer uno de los chigres que hay reflejados en la Guía Michelín.
Tras dejar el restaurante nos dirigimos al Corte Inglés de Avilés que en este día abría.
Allí compramos entre otras cosas, “La Guía Michigrín” y otro libro que le tenía muchas ganas “Yo fui a EGB”.
Noelia aparte compró ella misma su regalo de cumpleaños. Un bolso con un adorno en forma de tarántula que le daba un cambio radical a la vista de este bolso (todo ello por 190 euros).
Tomamos algo en la cafetería de este lugar y luego ya nos dirigimos hacia casa.
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