sábado, 30 de mayo de 2015

ESCAPADA A LOGROÑO MAYO 2015. 1º DÍA (OVIEDO – BURGOS – LOGROÑO).


Días: 23 al 26 de Mayo de 2015.


Escapada que había planificado a Logroño con el objetivo principal de cambiar de aires y tener buena temperatura durante los días que durara la misma pero al final no salió como se esperaba debido sobre todo al tema del tiempo ya que hizo durante todos los días una temperatura entre 12 y 16 grados aproximadamente que unido al viento que tiraba la sensación térmica se podía decir que era de bastante frío.

Escapada que dividiré en cuatro capítulos, uno por cada día que estuvimos fuera de casa, así que empezamos…


1ºDía… Oviedo – Burgos – Sto Domingo de la Calzada – Logroño.

Día: 23-05-2015.

Comentario:
Nos levantamos tarde, en torno a las 07h15, para lo que suele ser habitual cuando me piro de viaje por otras latitudes, así que tras realizar los últimos preparativos cogimos el coche y tomamos camino de Logroño pero por el itinerario de la meseta (idea del Tom Tom…).

Este itinerario, la verdad,  me iba a venir de perlas para la primera parada que iba a realizar que no iba a ser otra que el habitual desayuno en “El Ezequiel”.
Tras pasar por León ya cogimos la Autovía que nos iba a dejar durante unas horas en Burgos, ciudad que ya conocía y que gracias a la parada técnica de este viaje pude sacar una conclusión bastante clara…¡Cuánto más voy, menos me gusta en sí la ciudad!.

Así que tras aparcar el coche ya tomamos camino de la catedral, pasando en primer lugar por la Plaza Mayor del Ayuntamiento en la cual se percibía un cierto ambiente.


Acto seguido íbamos a poner rumbo a la zona de la Catedral y desde la cual iba a poder sacar algunas buenas fotos de la misma.




Nunca me ha dado mucho más esta catedral ya que considero más espectaculares por ejplo, las catedrales de León y Salamanca, aunque en su defensa hay que decir que es la única catedral en España declarada “Patrimonio de la Humanidad”, únicamente por el monumento catedralicio que representa, ya que otras catedrales han sido declaradas de la misma forma pero unidas en su conjunto al casco urbano de la ciudad donde están edificadas como es el caso de la de León.

Dicha catedral es de estilo gótico y se terminó por el año 1260.

Proseguimos caminando y haciendo algo de tiempo hasta que comiéramos algo y a los pocos metros de la catedral salimos por el Arco de Santa María, monumento en su caso que siempre me ha gustado, habiendo sido construido en los siglos XIV-XV, combinando aspectos góticos y renacentistas, teniendo dicha construcción un marcado carácter defensivo.


Fuimos dando una vuelta caminando por el entorno del paseo que iba a lo largo de todo el cauce del río Arlanzón, nombre del río que pasa por esta ciudad y observando curiosas formas en la jardinería de este paseo que me llamaron la atención.


Llegamos entonces de nuevo a la Plaza Mayor donde tras hacer alguna compra, nos encaminamos a uno de los garitos que según la guía del Tripadvisor estaba bien para tapear algo, “La Quinta del Monje”.

Barra de pinchos de dicho establecimiento.


Del trío de pinchos que tomó el menda en este bar, imagen de uno de ellos, el Foie.


Imagen de la C/ San Lorenzo, calle estrecha donde está situado el local en el que paramos en Burgos en este día.


Noelia en dicha calle.


Pues tras dudar de si seguir en Burgos en plan de tapas o irnos, decidimos, dando el poco ambiente que había y las horas que eran, marcharnos y seguir con la ruta hasta Logroño.

Pararíamos entonces en un pueblo muy importante dentro del Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada, nombre del pueblo que procede de su fundador, un tal Domingo García, el cual creó un puente, un hospital y un albergue de peregrinos, para facilitar el peregrinaje del Camino de Santiago a su paso por la localidad.

En dicho pueblo es famoso el milagro de la gallina, del cual hablaré unas líneas después.

Íbamos a aparcar al lado mismo de las murallas de dicho pueblo para iniciar una breve visita a esta localidad, que hay que decir que lo poco que pude ver de su parte monumental, me gustó.


Primera calle a la que dimos tras dejar el coche unos minutos antes.


Íbamos caminando por caminar sin un sentido claro ya que el único itinerario que me iba marcando era guiado por el edifico de la Catedral.

Dimos entonces con una plazoleta donde parecía estar situada la entrada “principal” de la Catedral, llamada “Plaza del Santo”, así como la torre de la catedral, un poco apartada de la misma.




En sus inicios el edificio que alberga la catedral actualmente, era una iglesia románica en el 1098.
Después ya iría subiendo de nivel, como digo yo, para transformarse en Colegiata en 1158 y Catedral en el 1232, siendo desde entonces sede del obispo de Calahorra-La Calzada.

Aunque pudimos entrar en la catedral, previo pago del correspondiente ticket, renunciamos a internarnos para ver su interior y decidimos seguir con la marcha a través de las callejuelas históricas de esta parte del pueblo.

En la plaza donde está situada la puerta de la catedral se encuentra situada la torre de la catedral con la particularidad que dicha torre está exenta de la catedral ya que se construyó aparte para evitar que las corrientes subterráneas de agua afectasen a sus cimientos.
Dicha torre es la única torre catedralicia española cuyo reloj del siglo XVIII sigue funcionando y por su altura de 70 metros es la torre más alta de la Rioja.

Y enfrente de la torre, el edificio que alberga el Parador del pueblo.


Dicho hotel ocupa un antiguo hospital del siglo XII levantado junto a la catedral para acoger a los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago.

Visto desde fuera no tenía nada que ver a lo que nos encontramos dentro cuando entramos a tomar algo.

Pero antes de entrar íbamos a seguir caminando por las callejuelas observando diversos edificios históricos como este Monasterio Cisterciense, el cual lo habita desde 1620 una comunidad de monjas.


Fuimos dando un pequeño rodeo al casco histórico, dando entonces con la entrada a la Plaza de España de dicha localidad.

Vista al frente de dicha plaza con la catedral al fondo.


Echando la vista hacia atrás, la plaza con el Ayuntamiento.


Dimos de nuevo con la Plaza del Santo y entramos entonces a conocer el parador, el cual me sorprendió muy gratamente por lo que vi en su interior.

Algunas fotos de su interior.










Y foto del peregrino en cuestión.


Tras tomarme una cerveza, tocaba foto despedida del monumento que más me había gustado de esta visita, la Torre de la Catedral.


Antes de pillar del coche de nuevo iba a dirigirme a realizar la última visita del día hacia una especie de iglesia o monasterio que había visto en mi entrada con el coche al pueblo.

En mi trayecto hacia esta última visita, iba a sacarme una foto “turística” con la gallina de la leyenda de esta importante localidad de paso del Camino de Santiago.


En cuanto a la leyenda, resulta que el milagro del gallo y de la gallina trata de que en el siglo XIV peregrinó a Compostela un alemán de 18 años acompañado por sus padres.

En el mesón donde se hospedaban, del joven se enamoró una chavala que curraba allí y como el chaval este no quiso acceder a sus peticiones, resulta que la chavala despechada y con ansias de venganza, escondió en el zurrón del joven una copa de plata y le acusó del robo de la misma.

Al disponerse a marchar la familia llegó la justicia y comprobaron que efectivamente la copa estaba en el zurrón, declarándole entonces culpable y condenándolo a la horca (no se andaban con bromas en aquellos tiempos…).

Al chaval lo ahorcaron y los padres cuando se acercaron al cuerpo de su hijo para despedirse comprobaron como éste les hablaba desde la horca y les decía que seguía vivo por la gracia del Santo.
Todo felices, los progenitores fueron a comunicar la noticia al corregidor que en esos momentos se encontraba cenando unas aves.

Dicho corregidor se burló de lo que había oído y les soltó a los padres que “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que me importunarais”, resultando que en ese momento las aves saltaron del plato y se pusieron a cantar y a cacarear alegremente.

De esta manera nació el dicho popular “En Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada”.


Después de esta historia, seguimos con la excursión, internándome entonces por una callejuela donde se encontraban bastantes edificios históricos, en busca de la última visita del día, el segundo parador de la localidad.

Vista hacia atrás de dicha callejuela.


Y así llegué tras caminar unos 200 – 300 m al segundo parador de la localidad o el primero según se mire.

Vista de dicho parador.




Tocaba montar en el coche y poner rumbo a Logroño, capital de la Rioja y famosa por toda la zona de viñedos alrededor de la capital y por el interior de toda la Comunidad, llegando a esta ciudad tras una media hora de coche y tras cruzarnos con una buena de cantidad de peregrinos haciendo el Camino de Santiago.

Logroño nos iba a recibir con un día soleado pero frío para las fechas en las que estábamos, en torno a 14 -15 grados.

Localizamos el hotel de este día sin problemas, llamándose el mismo Hotel Ciudad de Logroño…



Nos dieron la habitación 102 y en la habitación hacía bastante frío, frío que en mi caso notaría sobre todo en el cuerpo cuando me levanté de la cama tras haber descansado sobre algo más de media hora.

Pues nos dispusimos a salir, yendo hacia el centro de la ciudad y a la calle más famosa de Logroño, la calle Laurel, situada en la zona más emblemática de esta ciudad y en la que ya había bastante gente bebiendo y tomando pinchos cuando nosotros llegamos.

El primer bar que paramos fue uno llamado “El Soriano”, famoso por sus pinchos de champiñones, así que en dicho lugar tomamos un par de cortos de cerveza junto a un par de pinchos.


Seguidamente seguimos caminando por dicha calle en la que se observaban diversas escenas de gente bastante “animada”. De hecho, a la entrada de varios bares pude apreciar como se prohibía el tema de las “las fiestas de despedida”.

Dimos entonces con uno llamado “Pasión por ti” y en la que nos llamó mucho la barra de pinchos que tenía.


En dicho lugar tomamos varios pinchos como por ejplo, la morcilla de arroz rellena de dulce de manzana (en primer término) y uno que llevaba acelga (detrás).


Otro que en mi caso tomaría y como buen amante del pulpo iba a ser éste.


Como había ganas de probar alguno más, entramos en otro local, “La taberna del tío Blas” en la que probamos dos minihamburgesas y una croqueta de carne.


Decir que en todos los locales la comida estaba muy buena, así que no me extraña que dicha calle es conocida como la “Senda de los Elefantes” y ese sobrenombre es debido a que en dicha calle hay aproximadamente unos 60 bares que se ubican en torno a ella y si uno recorre cada uno de ellos tomando un vino las posibilidades de salir de esta calle con una buena trompa y a cuatro patas como los elefantes son muy elevadas.

Noelia en el último bar que paramos de dicha calle.



Salimos entonces de este último bar y tras dar una pequeña vuelta regresamos a descansar al hotel ya que al día siguiente teníamos prevista la primera visita a una bodega de las dos que íbamos a realizar en esta escapada.

ESCAPADA A LOGROÑO MAYO 2015. 2º Día… (Logroño – Bodegas Marqués de Riscal – La Guardia – Logroño).


2º Día… Logroño – Bodegas Marqués de Riscal – La Guardia – Logroño.


Día: 24-05-2015.

Comentario:
Dormí tan mal por la noche (en todos estos años de las peores noches de hotel que pasé…) que me levanté con un buen dolor de espalda debido al colchón, así que lo que era descansar se podía decir que no había descansado.

Tras prepararnos salimos en torno a las 09h30 para desayunar por Logroño en alguna panadería-pastelería que habíamos ojeado el día anterior y en nuestro caminar hasta la misma saqué un par de fotos de una calle que me causó buena impresión la Avda principal de esta ciudad, la Avda J. Carlos I.




Tras desayunar, vuelta al coche y antes de marcharnos para la bodega del día, foto de la zona del parque donde estaba situado el hotel en el que nos hospedamos.


Pues tras una media hora de coche, llegamos finalmente al pueblo de Elciego, pueblo alavés donde está situada la entrada de las visitas a esta bodega.

Como teníamos tiempo de sobra nos fuimos a dar una vuelta por dicho pueblo, sacando diferentes fotos del casco histórico del mismo.

Construcción que me llamó la atención.


Aparcamos a los pies de la iglesia de la siguiente foto, la Iglesia de San Andrés.


Subimos por la escalera que se ve en la foto anterior, dando entonces con la fachada principal de la iglesia, que me pareció bastante chula y que parecía elevarse firme hacia el cielo.


Continuamos callejeando por el pueblo en este día de elecciones autonómicas y municipales hasta la plaza del Ayuntamiento, el cual estaba abierto por la razón que he dicho anteriormente.




Regresamos de nuevo a la zona de la iglesia, sacando un par de fotos de la misma antes de despedirnos.





Llegamos entonces a una especie de mirador donde vimos a lo lejos la que para mí se iba a convertir en la imagen del día, el Hotel Marqués de Riscal, diseñado por Frank Gehry y ubicado entre viñedos.




Nos dirigimos entonces a la entrada principal de las bodegas del mismo nombre para confirmar la reserva (20 euros por los dos) que habíamos efectuado desde casa, así que tras dar una vuelta por el expositor de vinos y de recuerdos esperamos afuera ya que todavía quedaba sobre media hora para que comenzara la visita.

Para pasar el rato, hice alguna foto de los aparatos que se utilizaban para la vendimia, así como de la entrada y de un visitante un tanto conocido para el menda.






A las 12h comenzó la visita con guía y el mismo nos iba a conducir hacia la vista estrella (para mí) de esta bodega de Riscal, el Hotel Marqués de Riscal, hotel de diseño y “barato, barato…”.



Trío de fotos, en mi aproximación, de dicho hotel, el cual es una pasada por fuera.






No nos dejaron entrar dentro del hotel (no fuera que se les fueran a manchar las moquetas o los azulejos, digo yo…), así que nos conformamos con verlo desde fuera y de paso, a lo lejos, pudimos apreciar la iglesia que habíamos visto desde el exterior nada más llegar a este pueblo de Elciego, la Iglesia de San Andrés junto con algunas vides a los pies mismo del hotel.


Proseguimos entonces con la visita, dando a unas bodegas en las cuales esta vez sí que nos dejaron entrar para ver las diferentes cubas donde almacenaban el vino para dejarlo fermentar mientras la guía seguía con sus explicaciones sobre el modo en el que elaboraban el vino.


Otro trío de fotos, en este caso de las cubas que he mencionado.






Pasamos también en nuestra ruta por el interior de esta bodega por zona que se veía algo más antigua que la primera estancia que habíamos visitado y en el que almacenaban el vino en los típicos barriles que uno siempre se imagina cuando le hablan de vino.




Salimos de nuevo al exterior para ir hacia otra puerta de las instalaciones donde nos internaríamos para ver más salas de esta empresa de Marqués de Riscal.

Pero antes de entrar a otro recinto, de nuevo me iba a entretener sacando un par de fotos del exterior.




De nuevo los barriles clásicos aparecían ante mí. Parecían querer decirme, ¡llévame contigo…!, ante lo que yo respondía ¿Y dónde te pongo en el coche si para llevarte casi tengo que dejar a la mujer en tierra?...


Más salas, en este caso la embotelladora.


La visita iba terminando mientras la guía nos daba las últimas explicaciones.

La verdad, la guía creo que nos explicó bastante bien todo el proceso de elaboración del vino, así que en este sentido creo se portó bastante bien, pero eché en falta visitar bodegas más auténticas de la empresa de este vino.
Tras la explicación, nos deleitaban con una degustación de vinos, la cual estaba claro que no me iba a perder, así que para allá nos fuimos todos los miembros de la excursión, los cuales debíamos ser unos 20 – 25 aproximadamente.

Sala donde nos dejaron degustar algún vino de la marca de Marqués de Riscal.


Expositores para la venta de vinos.


El menda ante tanta botella no se pudo resistir…¡Qué conste en acta que no era todo para mí…!.


Dimos entonces la visita por finalizada a esta bodega y tras pillar el coche, pusimos rumbo al pueblo alavés de Laguardia, pueblo que se halla en un altozano y rodeado por una muralla con cinco puertas de acceso al casco antiguo.

Sus calles conservan un cierto sabor medieval y la economía del pueblo está basada en la industria del vino, con elaboración propia y numerosas bodegas.
Su población es de unos 1518 habitantes y su fundación data del año 1164.

En mi andadura hasta este pueblo alavés, paré en un margen de la carretera para sacar un par de fotos de terreno destinados a los viñedos.

En la primera se puede observar un terreno antes de plantar las cepas y en la segunda ya con las cepas plantadas.




Como nota curiosa nada más llegar, observé un ascensor que desde la carretera nos iba a elevar hasta el pueblo situado en el altozano. (¡Estos vascos son la leche…!).


Subimos entonces en el ascensor dando ya con construcciones que nos inspiraban el aire medieval que me había dicho gente que ya había estado en este lugar.

Tres fotos en esos primeros momentos en el pueblo.






Noelia bajo un dolmen, el cual se define como una construcción formada por dos o más piedras verticales y encima de ellas una horizontal.


Más imágenes en mi andadura por el pueblo.


Zona de viñedos a los pies del pueblo y detrás la Sierra de Cantabria, sierra que separa la Rioja Alavesa del resto de Álava, así que sigo sin entender porque la llaman Sierra de Cantabria.


Nos internamos por el pueblo, dando entonces con una plaza donde había un par de mesas, la primera mesa con ciertas esculturas que asemejaban bolsos, maletas y maletines y la segunda mesa con calzado diverso como botas y zapatos.




Seguimos callejeando por el pueblo, formado por estrechas callejuelas muy limpias y con edificios a ambos lados de las mismas, muy conservados hay que decir.

Un par de fotos de estas calles.




Dimos entonces con el restaurante que había reservado desde casa y recomendado por una compañera de trabajo, el Restaurante “Posada Mayor de Migueloa”.



Entramos en el restaurante, ubicado en el Palacio de Viana, una mansión barroca del siglo XVII.

Foto del interior del comedor.


No me causó muy buena impresión el lugar ya que apenas había mesas ocupadas y para ser un domingo en un lugar tan turístico eso no podía ser buena señal, pero decidí al final quedarme, aunque sí que es verdad que faltó muy poco para que me levantará ya a esto que he dicho se unía que cuando vinieron con la carta, resulta que algunas cosa ya no lo tenían y eso que era domingo y era algo menos de las 15h. ¡Alucinante…!,¡Debo estar volviéndome algo sibarita…!.

Pues tras las explicaciones finales sobre la carta por parte del servicio, decidí pedir de primero Patatas a la riojana y de segundo plato, asado con patatas panadera y guindilla, que al final era cordero con patatas.

Fotos de los dos platos.




Tengo que reconocer que a pesar de esa primera impresión, la comida estaba bien sin más, estando las patatas templadas y el cordero con buen sabor pero hay que decir que lo he comido mucho mejor en varios lugares en estos últimos años.

Tras la comida y para bajar dicha ingesta nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo dando entonces con una torre denominada “Torre Abacial”, torre-castillo que sirvió de defensa a las murallas de la villa.

Vista de dicha torre.


En el paseo por el pueblo pude sacar alguna imagen un tanto curiosa y que estaba en el jardín de una casa.


Zona del ayuntamiento del pueblo.




La visita estaba a punto de finalizar y abandonaríamos el pueblo saliendo por la llamada “puerta de los abuelos”, situada en el exterior de la Iglesia de San Juan Bautista de estilo gótico.

Vista de dicha puerta.


Regresamos entonces con el coche a Logroño y me apetecía ver un par de puentes situados sobre el río Ebro, así que para allá nos fuimos.

Aparqué el coche en un parque y nada más salir del mismo me iba a encontrar con una escultura que me iba a llamar la atención dedicada al Camino de Santiago, “El Arco del Camino”, de finales del 2004, al lado mismo del Puente de Piedra de la ciudad, siendo el mismo uno de los cuatro puente que atraviesan el río Ebro a su paso por Logroño.


Data del año 1884 y es uno de los símbolos de la ciudad, apareciendo en su escudo y siendo el lugar de entrada del Camino de Santiago a la ciudad, hecho que pude apreciar ya que a la entrada de este puente había una capilla que ahora se ha convertido en un centro de recepción de peregrinos y en nuestro tránsito por el puente, pude ver algunos peregrinos (muy abrigados por cierto…) que estaban a la puerta de dicho centro, el cual se encontraba cerrado a las horas en las que estaban por allí.

Vista de este puente de piedra desde el segundo que visitamos, el Puente de Hierro. A la izda de la imagen está el edificio de la Casa de las Ciencias de Logroño.


Casa de las Ciencias con zoom desde el Puente de Hierro.


Río Ebro desde el primer puente del día, el Puente de Piedra.


El segundo puente del día, el de Hierro, a lo lejos, desde el Puente anterior.


El puente de Hierro es el más antiguo de los cuatro puentes de Logroño. 
Fue inaugurado en 1882 y su longitud es de 330 metros. Se le denomina también Puente de Sagasta, en honor al político riojano que promovió la construcción tras el hundimiento de un puente volante militar en septiembre de 1880 en el que fallecieron noventa soldados.

Transitando por el de Hierro.


Nos internamos unas calles por Logroño, dando entonces con la plaza de la Catedral, en la que nos sentamos en una terraza a tomar algo y con vistas a la fachada de la Catedral (al parecer tiene categoría de Concatedral) de Logroño, del siglo XV, aunque con numerosas reparaciones y ampliaciones en los siglos XVII y XVIII.


Al parecer una concatedral es un templo cristiano con rango de catedral y que comparte la sede del obispo con otro templo catedralicio.

Algún edificio de la plaza donde se ubica la Concatedral de Logroño.


Regresamos entonces al lugar donde habíamos dejado el coche y sacando otra perspectiva del Ebro desde el lado contrario al de la primera foto que había obtenido del mismo río. (Está tomada desde el lado contrario del Puente de Piedra al que tomé la primera imagen).


Nos fuimos entonces al hotel para ducharnos y descansar un poco y tras este parón en el hotel, salimos dispuestos a cenar algo en la misma calle de la noche anterior, la Calle Laurel.

Entramos en algún bar de la noche anterior y como novedad en esta noche, entramos en uno que me gustó bastante, “El Torrecilla” donde comimos varios pinchos.

Uno que llevaba jamón con otro al lado de Foie.


Y uno novedoso que me tomé, Solomillo en pan de pasas y nueces con salsa de miel y mostaza y espuma de barbacoa.


Una vista de la Calle Laurel, en la que había poco ambiente por ser Domingo.


Seguidamente ya nos dirigimos hasta el hotel para descansar algo y el menda ver el resultado de las elecciones que habían tenido en este día.

¡Ya quedaba la mitad del viaje…!.