lunes, 28 de abril de 2014

II CARRERA POPULAR 10 KM OVIEDO – LAS CALDAS VILLA TERMAL.


Fecha: 27-04-2014.

Lugar: Oviedo.

Distancia: 10 Km (no homologados).

Tiempo: 47:20 (Oficial de 47:26).

Precio: 9 Euros.

Comentario:
Le tenía muchas ganas a esta carrera, sobre todo después de no haberla podido disputar el año pasado en su 1ª Edicion por haber padecido la lesión de la cinta iliotibial que luego me tuvo apartado del tema del running durante un mes aproximadamente.

Enlace de la carrera en cuestión.

El tema de esto que digo anteriormente, fue que después de estar casi un año parado en el tema de correr ya que en Enero del 2012 tuve rotura de fibras en el Biceps femoral, concretamente en el músculo que recibe el nombre de semitendinoso, el año pasado empezaba a recuperarme poco a poco y como me veía bien a nivel físico y pillando forma, resulta que en semana y media fastidié dicha recuperación ya que me metí demasiada caña ya que sin descansar apenas en mis tiradas, un día se me ocurrió realizar una tirada larga (unos 15 Km), notando sobre la mitad de la misma, pinchazos en la cara exterior de la rodilla que aunque en un primer momento pude aguantar, al final me inutilizaron para hacer la tirada completa y obligándome a regresar pateando a casa “medio cojo” durante casi 5 Km.

Los días posteriores estuve muy cojo y consultándolo con el fisio del curro, nada más palparme me comentó que era el semitendinoso que le tenía algo afectado por haberle metido mucha caña, comentándome que no podía estar tan sobreentrenado y que cuando empezara a correr en un futuro tenía que entrenar pero descansando algunos días de por medio, así que a partir de esa fecha estoy un poco obsesionado con no recaer y de momento parece ir todo “viento en popa”, respetando los días de descanso con los días de entreno tanto en el running como en la montaña.

Después de este rollo anterior comentar que llevaba desde primeros de Abril sin disputar ninguna carrera, aunque si que es verdad que había salido solo un par de días a correr por ahí.

Había dejado este mes de Abril el tema del running apartado para no sobrecargarme en exceso y para que no me empezara a dar a nivel mental (que ya bastantes cosas en la mente tengo últimamente…) los síntomas de agobios de cuando uno practica muchos días el mismo deporte (aunque este deporte le encante).

No me gustaría para nada y sé por que lo digo ya que me conozco un poco, que esto empezará a ser más una actividad deportiva obligatoria que una actividad para el disfrute como es ahora en el presente, ya que siempre he sido un poco anárquico cuando me ponía hacer deporte.

Siempre recuerdo la anécdota de cuando estaba en el colegio y le decían algunos de los que normalmente veían los partidos de fútbol del cole a mi padre, que uno de los guajes al que estaban viendo disputar un partido, jugaba muy bien y que tenía que jugar en un equipo y cuando me lo dijo a mí que le habían comentado eso del menda y que si yo quería me apuntaba para jugar con algún equipo federado, yo le contesté (debía ir a 5º o 6º EGB) que NOOOOOOO, que yo quería jugar al fútbol cuando yo quisiera, no cuando me lo mandaran.

Y con esta actitud seguí en este tema del deporte cuando empecé a competir en atletismo en la época de BUP que teniendo entrenador en el equipo, a veces como no me apetecía entrenar, piraba los entrenamientos del equipo de atletismo (y aún así me dio tiempo hacer a nivel oficial 3m03 el Km aunque luego si que es verdad que en casa me obligaron a dejar el atletismo ya que tenían miedo por mi salud y que me pudiera dar un infarto corriendo…).

Y como no podía hacer esfuerzos por tema de soplo de corazón de nacimiento, resulta que les pude “engañar” y me metí a un deporte muchísimo más liviano para el body, el ciclismo (eran finales de los 80 y comienzos de los 90).
Rutas en bici de 75, 100, 125 Km subiendo puertos que es lo habitual que hay aquí en Asturias y que a mí era lo que realmente me gustaba.

Pero esto de la bici paró por decirlo así el día que me atropelló un bus o yo a un bus…(No sabría muy bien decirlo pero en el informe de la policía declaran culpable al del bus…).

Después de este incidente le cogí un poco de miedo a salir en bici por estas carreteras que muchas veces parece que reina la ley de la selva, así que me metí en un mundo algo menos peligroso, pero con cierto grado de peligrosidad e intentando controlar el peligro que uno corre, la Montaña.

Quince años en plan montañero para volver ahora al mundo del running tan de moda en esta época de crisis actual, ¡Quién me lo hubiera dicho a mí hace un par de décadas que volvería a correr…!

¡Joderrr, que rollazo he pegado escribiendo ésto…!, pero con algo tenía que llenar la crónica de esta carrera, que no tiene mucho que contar.

En relación al día de esta carrera decir que había visto anunciar dicha carrera Oviedo-Las Caldas hace ya algún tiempo, así que no tuve muchas dudas para apuntarme a la misma.

El día de la carrea me levanté a las 07h45 para desayunar y prepararme y poner acto seguido rumbo con el coche a Las Caldas, lugar donde acababa la carrera, llegando en torno a las 08h50, estando el aparcamiento prácticamente lleno.

A las 09h30 los corredores que estábamos allí cogimos un bus para que nos llevara a la salida, situada en las pistas de atletismo de S. Lázaro.

Cuando llegué ya me estaba esperando Raquel que ya había recogido los dorsales de los 3 que íbamos (el de Mariane, el mío que era al 166 y el de ella…).



Fuimos a tomar el habitual café con leche (esta vez sin bayles) y al poco se nos unió una enfermera del centro de salud, Lidia que este día iba a ver al hijo correr.

Acto seguido dejamos las bolsas para que nos las llevaran a la llegada y ya nos dispusimos a trotar ya que en un principio había bastante sensación de frío que con el tiempo fue desapareciendo.
Se nos unió Mariane para seguir calentando algo y pronto ya nos colocamos en la salida, situados más o menos en mitad de la parrilla de salida.

Dieron la salida y tras algo más de 300 metros por la pista de atletismo de San Lázaro, el recorrido nos iba a dar una pequeña vuelta por la zona del Parque de Invierno para sacarnos directamente al paseo de Fuso la Reina.

Empezamos a correr Raquel y yo a la par con un ritmo sostenido, yendo yo cómodo con el mismo.

La primera cuesta nada más salir del estadio la afronté sin problemas, encontrándome en estos momentos bastante ágil en el movimiento de las piernas.

Tras un corto llaneo, íbamos a descender un pequeño tramo dirección al campo de fútbol del Masaveu para entrar de nuevo al Parque de Invierno y tras realizar un pequeño circuito, la carrera nos iba a sacar al paseo de Fuso, lugar habitual de algunos de mis entrenos por el exterior.

Pongo el enlace de la ruta Oviedo-Fuso la Reina en plan andarín por donde transcurrió la carrera…

Empezaba el tránsito corredero por dicha ruta, así que sin aminorar la marcha continuamos siguiendo la estela de los que nos precedían.

Una cosa que sorprendió de la carrera en ese primer par de kilómetros era que en sus comienzos fue bastante fluido el tráfico de corredores ya que no nos íbamos entorpeciendo entre nosotros como había pensando en casa que sucedería por ser dicha senda algo estrecha para un volumen de unos 450 corredores.

Continuaba muy cómodo en mi zancada y lo más importante como suelo decir últimamente era que no notaba absolutamente molestia alguna a nivel físico.

Iba controlando muy bien el ritmo y me notaba bastante fuerte, con la sensación de poder ir ganando algunos segundos al paso por cada kilómetro pero me negaba a incrementar el ritmo, uno por mí y otro porque iba acompañado de Raquel, así que iba pensando “haber si nos desfallecemos ninguno de los dos y nos aproximamos al final a una media de 05 minutos por kilómetro”.

La carrera me la estaba tomando en parte como un entreno para la Media de Gijón ya que tengo la ilusión para esta media de bajar de 1h50 e iba  intentando controlar en todo momento la respiración, la zancada, la posición de los brazos, la espalda,…(debo de estar volviéndome algo neurótico después de leer tantos consejos y artículos en revistas de running…), pero eso sí, era un entreno exigente, nada liviano como quería para este día, sintiéndome muy bien en el transcurso de esos primeros kilómetros.

Y así pasamos por la zona de estación de la Manjoya y venía ahora el paso cómodo por encima de la autopista para afrontar algunas largas rectas que se me hicieron más cortas que de costumbre.

En el paso por el punto del km 5, pintando en el suelo, me dio por mirar el crono y vi que llevábamos un tiempo de 24:05, “muy bueno” pensé, sobre todo por las sensaciones que iba teniendo a medida que iba corriendo.

Y así pasábamos la zona del primer túnel para afrontar otra larga recta que nos iba a llevar al paso por otro par de túneles.

En estas zonas anteriores del recorrido y al llevar un ritmo bastante más alto de lo habitual, cabía la posibilidad que viniera a vernos a los dos el hombre del mazo, pero la verdad, hoy parecía que el hombre éste del que hablo debía estar de descanso, así que con este optimismo se pudo seguir corriendo y ya digo que en mi caso particular, en todo momento, iba con esa sensación de poder ir más rápido.

La sensación era la misma que tuve el año pasado en la carrera del Cross de Gijón y en la que fui durante muchos kilómetros controlando muy bien el ritmo que iba llevando, llegando al final con un promedio para 12 Km de 5:01, así que iba contento por cómo me iba transcurriendo la carrera en cuanto a todo tipo de sensaciones.

Afrontamos a buen ritmo la recta anterior al desvío hacia la senda del campo de golf que nos conduciría hasta la zona del balneario y entonces apareció este desvío, el cual era el único tramo que no conocía de la carrera, así que unos metros antes de iniciar este tramo me despegué unos metros en persecución de una chica que conocía Raquel llamada Sandra.

Descendí unos metros por este desvío para acelerar alegremente el ritmo e ir en busca de algunos corredores que me precedían y así continué sin parar hasta el tramo de asfalto del balneario.

Tras unos 150 metros por asfalto, tocaba giro a la derecha y tras una subida de 50m aproximadamente que se dejó sentir en las piernas obligándome modificar mi zancada, afronté entonces la pequeña recta y entrando en meta con un tiempo marcado de mi crono de 47:20 y oficial de 47:26.

Subiendo el tramo final a falta de unos 150 metros para la llegada en una foto que me sacó Lidia.


Aluciné un poco viendo el crono marcado ya que pensé que estaría sobre los 48 minutos viendo el parcial de los primeros 5, pero pensándolo bien y viendo que normalmente suelo hacer mejor los segundos parciales que los primeros (siempre y cuando no me lleguen las molestias a nivel físico), creo que es un tiempo bastante acorde con lo que podía hacer en este día y viendo el ritmo que había llevado en toda la carrera.

Decir que aunque el tiempo final fue de 47:20 en los 10 Km de esta carrera,  decir que me queda un sabor extraño en el sentido que la carrera era NO HOMOLOGADA, así que realmente creo que el tiempo más bien en esta distancia de ser homologada en este día se hubiera quedado entre los 48 y 49 minutos y otra cosa añadir de esta carrera era que la misma tenía un recorrido en sentido descendente, así que por estos motivos no tengo en cuenta los resultados como verdaderamente reales, aunque es verdad que las sensaciones fueron las que fueron, siendo éstas súper positivas de cara a la carrera de esta semana en Gijón.

Añadir que en cuanto a la distancia tengo la sensación que la carrera no llegaba exactamente a los 10 Km, pero aun así la experiencia de este día ha sido muy positiva en todos los niveles, a nivel ambiente carrera, a nivel compañía, a nivel de tiempo, a nivel de sensaciones, a nivel de salud,…
Creo que no se puede pedir más….

Al final nos inscribimos 458 corredores a través de la página de Championchipnorte

Resultados de la carrera.
Quedé en el puesto 269 de 438 que acabaron la carrera.

Dorsal
Nombre
Apellidos
Localidad
166
JOSE MANUEL
MARRAS RODRIGUEZ
OVIEDO
Puesto Gen.
Tiempo Oficial
Tiempo Neto
Club
269
00:47:26
00:00:00
Categoría
Sexo
VETERANOS A MASC (35 A 44 AÑOS)
Masculino

DISTANCIA
10000 M
RITMO
0:04:45
PUESTO SEXO
M- 242
PUESTO CATEGORIA
VTAM- 107 (DE 153)




viernes, 25 de abril de 2014

CASA ANGELINA.


Día: 20-04-2014.

Lugar: Casa Angelina (Vega de Anzo).

Comentario:
Pongo esta breve reseña de este lugar, no porque me gustara especialmente el sitio, aunque si que es verdad que por el precio del menú, por la cantidad de la comida y por su sabor se puede decir que está bien.

El motivo de poner este restaurante es que en el mismo hace ya más de 20 años había comido en este lugar con mi padre cuando iba con el camión por los pueblos, pero si que es verdad que en aquellos tiempos el mismo existía con otro nombre.

Se me vinieron muchos recuerdo yendo de nuevo a este local, al cual nos llevó Javi tras un intento para comer en el campo de golf de Las Caldas, intento que no se pudo lograr porque estaba lleno y las mesas vacías estaban reservadas.

Interior del local.



Menú de este día.


Pote de Berzas.


Parillada de carnes.


Tarta de turrón.



jueves, 24 de abril de 2014

SANTANDER Y SANTILLANA DEL MAR (VIERNES SANTO).


Día: 18-04-2014.

Comentario:
Después del día anterior con el viaje a la zona Occidental de Asturias, al día siguiente puse rumbo un poco más lejos pero a la dirección opuesta, llegando hasta Santander para pasar unas horas en dicha ciudad en la que ya había estado hacía años.

Paramos de camino a desayunar en Unquera y en torno a las 12h aparcaba el coche en un parking subterráneo situado en el Barrio de Puerto Chico y poníamos rumbo a pata hasta la península donde estaba situada el Palacio de la Magdalena.

Durante el trayecto hasta dicha península pudimos ver algunos palacetes y algunas casonas muy chulas como esta de la foto.


Llegamos a la entrada de la península donde alzando la vista pude ver la zona de las playas del Sardinero.


Dimos una vuelta por el pequeño zoo situado en esta zona y tras ver otra zona donde había algunos barcos, pusimos rumbo a ver el propio palacio.

Intentamos entrar en dicho palacio, no consiguiéndolo ya que llegamos unos minutos después del horario de cierre, así que nos tuvimos que conformar con dar una pequeña vuelta al mismo, viendo el guapo entorno que lo rodeaba.

Un poco de información de dicho palacio.

El Real Palacio de La Magdalena está situado en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro, en Santander(España), y fue construido entre 1909 y 1911, por suscripción popular, para albergar a la familia real española.
Obra de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, se enclava en el lugar donde estuvo el antiguo fortín de San Salvador de Hano, que protegía la entrada a la bahía.
Fue amueblado en 1913, pasando de inmediato a ser residencia de verano del rey Alfonso XIII y su familia, quienes lo ocuparon regularmente hasta la proclamación de la II República.
En 1914 fueron proyectadas las caballerizas por González Riancho. Las mismas emulan a un poblado inglés medieval con tejados puntiagudos de vertientes pronunciadas, entramados de madera vista, etc. En 1982 fue declarado monumento histórico-artístico. Entre 1993 y1995 fue rehabilitado por el ayuntamiento de Santander, según proyecto de Luis de la Fuente.

Unas imágenes del Palacio de la Magdalena.






Regresamos poco a poco caminando con la intención de salir de dicha península y acercarnos a la zona del Sardinero, viendo antes de salir una zona verde con multitud de gente disfrutando de la misma.


Fuimos por todo el paseo, donde había mucha gente, para mí demasiada y viendo un extremo de las Playas del Sardinero.


En nuestro camino paramos en una terraza a tomar algo y acto seguido pusimos rumbo a una especie de mirador sobre las dos playas que forman el arenal principal de Santander, pudiendo ver antes de llegar al mirador, el famoso Casino de Santander.


Sobre la Playa del Sardinero decir que se entiende por El Sardinero el área de la costa comprendida entre la península de la Magdalena y la zona de Mataleñas, formando el abra que lleva su nombre. En sentido estricto, el centro de esta área seria la plaza de Italia y los alrededores.
El Sardinero comenzó a ser conocido y muy visitado a partir de mediados del siglo XIX y especialmente a comienzos del siglo XX.
La moda de veraneo y los beneficios saludables de los baños de olas atrajeron a este lugar  a numerosos visitantes de la burguesía castellana y madrileña.
Poco a poco El Sardinero se fue convirtiendo de un lugar sólo visitado por los vecinos deSantander a una ciudad-balneario, con todos los servicios para ofrecer a una sociedad pudientes atraída por el auge económico de Santander, venido de la mano del comercio con las colonias españolas.
El Sardinero cuenta con dos playas con su mismo nombre. Una es la Primera Playa del Sardinero y la otra es la Segunda Playa del Sardinero, siendo dos playas distintas aunque están seguidas en la línea de costa y cuando baja la marea se unen.
La historia cuenta que en el pasado, una de las playas era utilizada por las clases medias y bajas y la otra era usada por las clases altas santanderinas, por lo que había una diferenciación social entre ambas.
Hoy en día ambas playas son muy familiares y son muy concurridas durante el verano, ya que son las más extensas con las que cuenta la ciudad.

Primera playa del Sardinero.

Segunda playa del Sardinero y el menda posando delante de ella.

Después de ver las dos playas, cogimos un bus que nos llevó a la zona de Puerto Chico, zona que en mi caso siempre había oído que era una zona fabulosa para tapear y comer, pero tengo que decir que me decepcionó bastante ya que esperaba bastantes terrazas y más locales de los que encontramos.
Pudimos localizar al final alguna calle, como la C/ De la Peña Herbosa, con varios bares seguidos donde había ambiente, así que nos metimos en uno llamado “La Pirula”, donde tomamos unos calamares con un par de vinos.

Interior de dicho local.

Salimos de este primer bar y entramos en uno que estaba muy próximo llamado “Solórzano”, en el cual tomamos unos mejillones con una salsa de la casa y unos caracolillos o bígaros con un par de vinos.

Decir que los dos sitios en los que paramos estuvieron bien, aunque no era como me los  había imaginado en un principio.
Tras esta visita para comer algo, pusimos rumbo al Cabo Mayor, lugar donde había un faro y una terraza muy concurrida que visitamos después de dar una vuelta por la zona.
Vista del Faro de Cabo Mayor.

Había un sendero de unos centenares de metros que nos iba a llevar hasta una especie de saliente donde había gente disfrutando de las panorámicas, así que para allá nos fuimos.
Vista de los acantilados con el sendero yendo hacia dicho saliente del Cabo Mayor.

El menda posando en dicho lugar.

Desde aquí había muy buenas vistas de la ciudad de Santander, así como de la península de la Magdalena.

Vista del faro de Cabo Mayor desde el lugar al que llegamos andando por el sendero en cuestión.

Otra vista del faro desde su vertiente norte.

Como dije, fuimos a tomar algo y me llamó mucho la atención un coche aparcado en el parking del bar que estaba petado cuando llegamos.

Después de esta visita, dimos por concluída esta pequeña visita a la ciudad de Santander, así que con el coche y previa visita rápida al arenal de Liencres, pusimos rumbo para hacer algo de tiempo hasta la localidad de Santillana del Mar, lugar en el que había estado en dos o tres ocasiones anteriores.
Aparcamos a las afueras, cerca del zoo y fuimos caminando hacia el casco antiguo, el cual retraté en varias fotos y en el cual había muchísima gente transitando ya que las fechas eran propicias para que la gente visita este enclave turístico de Cantabria por excelencia.







Luego ya pusimos rumbo a casa, llegando en torno a las 21h.