jueves, 24 de abril de 2014

SANTANDER Y SANTILLANA DEL MAR (VIERNES SANTO).


Día: 18-04-2014.

Comentario:
Después del día anterior con el viaje a la zona Occidental de Asturias, al día siguiente puse rumbo un poco más lejos pero a la dirección opuesta, llegando hasta Santander para pasar unas horas en dicha ciudad en la que ya había estado hacía años.

Paramos de camino a desayunar en Unquera y en torno a las 12h aparcaba el coche en un parking subterráneo situado en el Barrio de Puerto Chico y poníamos rumbo a pata hasta la península donde estaba situada el Palacio de la Magdalena.

Durante el trayecto hasta dicha península pudimos ver algunos palacetes y algunas casonas muy chulas como esta de la foto.


Llegamos a la entrada de la península donde alzando la vista pude ver la zona de las playas del Sardinero.


Dimos una vuelta por el pequeño zoo situado en esta zona y tras ver otra zona donde había algunos barcos, pusimos rumbo a ver el propio palacio.

Intentamos entrar en dicho palacio, no consiguiéndolo ya que llegamos unos minutos después del horario de cierre, así que nos tuvimos que conformar con dar una pequeña vuelta al mismo, viendo el guapo entorno que lo rodeaba.

Un poco de información de dicho palacio.

El Real Palacio de La Magdalena está situado en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro, en Santander(España), y fue construido entre 1909 y 1911, por suscripción popular, para albergar a la familia real española.
Obra de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, se enclava en el lugar donde estuvo el antiguo fortín de San Salvador de Hano, que protegía la entrada a la bahía.
Fue amueblado en 1913, pasando de inmediato a ser residencia de verano del rey Alfonso XIII y su familia, quienes lo ocuparon regularmente hasta la proclamación de la II República.
En 1914 fueron proyectadas las caballerizas por González Riancho. Las mismas emulan a un poblado inglés medieval con tejados puntiagudos de vertientes pronunciadas, entramados de madera vista, etc. En 1982 fue declarado monumento histórico-artístico. Entre 1993 y1995 fue rehabilitado por el ayuntamiento de Santander, según proyecto de Luis de la Fuente.

Unas imágenes del Palacio de la Magdalena.






Regresamos poco a poco caminando con la intención de salir de dicha península y acercarnos a la zona del Sardinero, viendo antes de salir una zona verde con multitud de gente disfrutando de la misma.


Fuimos por todo el paseo, donde había mucha gente, para mí demasiada y viendo un extremo de las Playas del Sardinero.


En nuestro camino paramos en una terraza a tomar algo y acto seguido pusimos rumbo a una especie de mirador sobre las dos playas que forman el arenal principal de Santander, pudiendo ver antes de llegar al mirador, el famoso Casino de Santander.


Sobre la Playa del Sardinero decir que se entiende por El Sardinero el área de la costa comprendida entre la península de la Magdalena y la zona de Mataleñas, formando el abra que lleva su nombre. En sentido estricto, el centro de esta área seria la plaza de Italia y los alrededores.
El Sardinero comenzó a ser conocido y muy visitado a partir de mediados del siglo XIX y especialmente a comienzos del siglo XX.
La moda de veraneo y los beneficios saludables de los baños de olas atrajeron a este lugar  a numerosos visitantes de la burguesía castellana y madrileña.
Poco a poco El Sardinero se fue convirtiendo de un lugar sólo visitado por los vecinos deSantander a una ciudad-balneario, con todos los servicios para ofrecer a una sociedad pudientes atraída por el auge económico de Santander, venido de la mano del comercio con las colonias españolas.
El Sardinero cuenta con dos playas con su mismo nombre. Una es la Primera Playa del Sardinero y la otra es la Segunda Playa del Sardinero, siendo dos playas distintas aunque están seguidas en la línea de costa y cuando baja la marea se unen.
La historia cuenta que en el pasado, una de las playas era utilizada por las clases medias y bajas y la otra era usada por las clases altas santanderinas, por lo que había una diferenciación social entre ambas.
Hoy en día ambas playas son muy familiares y son muy concurridas durante el verano, ya que son las más extensas con las que cuenta la ciudad.

Primera playa del Sardinero.

Segunda playa del Sardinero y el menda posando delante de ella.

Después de ver las dos playas, cogimos un bus que nos llevó a la zona de Puerto Chico, zona que en mi caso siempre había oído que era una zona fabulosa para tapear y comer, pero tengo que decir que me decepcionó bastante ya que esperaba bastantes terrazas y más locales de los que encontramos.
Pudimos localizar al final alguna calle, como la C/ De la Peña Herbosa, con varios bares seguidos donde había ambiente, así que nos metimos en uno llamado “La Pirula”, donde tomamos unos calamares con un par de vinos.

Interior de dicho local.

Salimos de este primer bar y entramos en uno que estaba muy próximo llamado “Solórzano”, en el cual tomamos unos mejillones con una salsa de la casa y unos caracolillos o bígaros con un par de vinos.

Decir que los dos sitios en los que paramos estuvieron bien, aunque no era como me los  había imaginado en un principio.
Tras esta visita para comer algo, pusimos rumbo al Cabo Mayor, lugar donde había un faro y una terraza muy concurrida que visitamos después de dar una vuelta por la zona.
Vista del Faro de Cabo Mayor.

Había un sendero de unos centenares de metros que nos iba a llevar hasta una especie de saliente donde había gente disfrutando de las panorámicas, así que para allá nos fuimos.
Vista de los acantilados con el sendero yendo hacia dicho saliente del Cabo Mayor.

El menda posando en dicho lugar.

Desde aquí había muy buenas vistas de la ciudad de Santander, así como de la península de la Magdalena.

Vista del faro de Cabo Mayor desde el lugar al que llegamos andando por el sendero en cuestión.

Otra vista del faro desde su vertiente norte.

Como dije, fuimos a tomar algo y me llamó mucho la atención un coche aparcado en el parking del bar que estaba petado cuando llegamos.

Después de esta visita, dimos por concluída esta pequeña visita a la ciudad de Santander, así que con el coche y previa visita rápida al arenal de Liencres, pusimos rumbo para hacer algo de tiempo hasta la localidad de Santillana del Mar, lugar en el que había estado en dos o tres ocasiones anteriores.
Aparcamos a las afueras, cerca del zoo y fuimos caminando hacia el casco antiguo, el cual retraté en varias fotos y en el cual había muchísima gente transitando ya que las fechas eran propicias para que la gente visita este enclave turístico de Cantabria por excelencia.







Luego ya pusimos rumbo a casa, llegando en torno a las 21h.

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