Días: 15 y 16 Junio 2013
Comentario:
Este fin de semana surgió a raíz de mi inscripción en la III edición de los 10 Km de Carballo (La Coruña), así que carrera en Galicia significaba noche en Galicia, así que pusimos rumbo a dicha tierra con el objeto de participar y de conocer algo de dicha tierra.
Mirando el mapa me fijé en una zona que no había visitado y de la que había oído hablar en incontables ocasiones llamada la Costa de la Muerte, lugar de incontables accidentes marinos, tanto en sus aguas como en sus acantilados, debido principalmente a los frecuentes temporales que azotan y azotaban dicha comarca gallega.
En dicho cabo ya veíamos que las aguas de esta zona eran especiales y que dejaban una espuma blanca tras romper contra los acantilados de la costa.
Pensaba que si con el mar así de tranquilo dejaban ese rastro, no me quería ni imaginar lo que pudiera ser esta costa en un día de temporal o de tormenta.
Estuvimos un rato por la zona del faro dando algún paseo y disfrutando del sol (muy escaso este año), así como de las vistas y del oleaje del mar.
Esta primera zona con el Cabo Touriñan que había escogido como punto de partida para empezar el día, me había gustado, así que parecía que el día prometía paisajísticamente hablando y pillamos de nuevo el coche y pusimos rumbo a la zona de Muxia.
En vez de coger la carretera a Muxia que nos marcaba el Tom Tom, opté por pillar la carretera que iba más próxima a la costa con buenas vistas de la misma y del inmenso mar azul en contraste con el verde gallego.
Tras unos pocos km llegamos a un grupo de casas.
De repente vimos un desvío a la izda hacia un mirador, llamado “Miradoiro do Facho”.
Tras algunas dudas por mi parte y ya que teníamos tiempo opté por pillar la pista y subir en fortísimo ascenso hasta dicho Monte Facho (312m) para conocer y disfrutar las vistas del mirador situado en dicho monte.
El nombre de Facho hace referencia a las antiguas hogueras o antorchas que se encendían en las cumbres de la costa para orientar a la navegación o también para comunicar la llegada de embarcaciones piratas.
En esta Costa da Morte hay otros dos montes con el mismo nombre, el Facho de Touriñán y el Facho de Fisterra.
Desde este lugar se observaban alucinantes vistas de la costa desde el tramo comprendido del Cabo Touriñán hasta el Cabo Vilán, con Muxia y la playa de Lourido casi a nuestros pies y Camariñas al otro lado de la ría.
Noelia posando con el pueblo de Muxia al fondo, la playa de Lourido, la ría Muxia-Camariñas y el cabo Vilán a lo lejos.
Tras permanecer unos minutos en dicho mirador, retomamos el itinerario inicial con rumbo a Muxia y nada más pillar la carretera que habíamos dejado para subir al mirador, pude observar uno de los hórreos típicos gallegos que tanto me gustan.
En nuestra aproximación a Muxia y un km antes de llegar a dicho pueblo, observamos en primer plano a mano izda, la playa que habíamos visto desde el mirador del monte Facho, la playa de Lourido.
Llegamos a este pueblo de Muxia, tristemente célebre cuando el desastre del Prestige por ser un pueblo muy afectado por el hundimiento de dicho petrolero.
Fuimos directamente al que sea el lugar más interesante de este pueblo, el Santuario de la Virgen de la Barca con el faro situado junto a dicho Santuario.
El faro y al fondo el Cabo Vilán, lugar al que iríamos después.

Al lado del Santuario y subiendo unos pocos metros se encuentra el Monumento que recuerda el desastre del Prestige, inaugurado en el 2003.
Tras visitar este lugar, pillamos de nuevo el coche y como tenía algo de miedo en que no nos diera tiempo de ver con tranquilidad el cabo Vilán, dimos por visto Muxia y cogimos dirección a Camariñas.
Eran alrededor de las dos y cuarto cuando llegamos a Camariñas. Paramos entonces a dar una pequeña vuelta y a tomar algo por la zona del puerto, en el “café-bar Victoria”, donde tomamos algunas claras y algo de pulpo, mejillones y patatas bravas.
Tras dicha parada en Camariñas, proseguimos nuestra marcha hacia otro de los cabos que tenía en mente para este día, el Cabo Vilán.
Atrás quedaba la zona de Muxia al otro lado de la ría.
Tras pasar por un parque eólico existente en esta zona, llegamos al cabo sobre las 15h15.
Estuvimos viendo el faro antiguo de dicho cabo y haciendo algo de tiempo para ver a las 16h la exposición existente dentro de las instalaciones del faro “más moderno”.
Guapa estampa con las instalaciones del faro moderno, situado a 125m e inaugurado en 1896, convirtiéndose en el primer faro dotado con luz eléctrica de toda España.
Nos elevamos hacia un promontorio donde había buenísimas vistas de la costa que iba en dirección a Camariñas con la granja piscícola existente de rodaballos en la zona del Cabo Vilán e inaugurada en el 2005.
En dicho promontorio vimos una construcción parecida a un faro. Se trataba del faro de vapor antiguo existente en dicho cabo e inaugurado en el 1854.
La ubicación de este primer faro al parecer no era la más idónea, ya que dejaba zonas a ciegas.
Entonces, esto motivó que años más tarde se hiciera un proyecto de construcción para un nuevo faro. Dicho proyecto se aceleró con la tragedia del “The Serpent” en 1890, tragedia que dejó solo tres supervivientes de los 175 marineros que formaban su tripulación.
Las vistas desde dicho promontorio hacia el Norte de la costa, simplemente eran alucinantes.
Posando con el faro más nuevo.
Primer plano del faro, el cual no se puede visitar.
Otra vista diferente del faro.
Como dije, hicimos tiempo hasta que abrieron la exposición.
La verdad, dicha exposición no vale gran cosa, pero la visita para mí fue muy provechosa, ya que la chica que estaba allí nos comentó una posible ruta de vuelta que desconocía por una pista de tierra y que iba pegada a la costa viendo las extraordinarias vistas de la misma.
Así que decidí seguir su consejo y volver por dicha pista, descubriendo nuevas vistas de la Costa da Morte, con alguna playa perdida.
Descubrimos una nueva vista, pero muy típica de la zona del cabo con los salientes rocosos al mar.
Poco a poco, avanzábamos por dicha pista de tierra y el cabo iba quedando atrás.
Guapo el contraste del mar con el verde de la vegetación de la zona costera.
La pista nos llevaba pegados a la costa y con extraordinarias vistas de algunas playas existentes en esta zona, así como con la duna rampante del Monte Branco.
Descubrimos que nos habíamos pasado de la zona donde está enclavado el cementerio de los ingleses.
Alcanzamos entonces un punto donde pillamos ya un tramo asfaltado que nos llevaría a un pueblo llamado Arou, en el que se respiraba mucha tranquilidad.
Sin parar pasamos por Arou y tomamos rumbo a Carballo, con el objeto de recoger el dorsal.
Una vez con el dorsal en mi poder, nos fuimos hasta el hotel rural donde habíamos reservado noche, el “Hotel rural Mar De Queo” de 2 estrellas.
Mirando por la zona alojamientos, había descubierto este hotel que por las fotos tenía muy buena pinta, así que pillamos una oferta que tenían por 99 Euros con habitación doble, una hora de Spa y al final una cena para dos, consistente en marisco de entrada y pescado como plato principal.
En mi caso la primera impresión no fue muy positiva que digamos (el trato por parte de la dueña con demasiada confianza y demasiado familiar para mí gusto).
Subimos hasta la habitación situada en el 2º piso que nos habían dado, que no estaba mal, pero en la cual no me sentía cómodo (tanto por la decoración como por no tener mucha claridad).
Esto mismo lo comenté con Noe y era de idéntica opinión a la mía. (¡Qué raro,jaja!).
Tras subir a la habitación después de haber llegado al hotel a las 18h15 , descansamos veinte minutos y enseguida nos pusimos el albornoz para bajar al Spa, ya que teníamos reservado en sesión exclusiva de 19 a 20h (no nos quedaba otra).
El Spa, mmmm, otra decepción y ya iban unas cuantas.
Encima se añadía que al Spa fuimos acompañado del dueño del hotel y el tío no nos dejaba en paz y era muy pesado con las instrucciones de las máquinas (en ocasiones pensaba que más bien era una sesión para un trío en el Spa lo que habíamos reservado).
En el Spa estuvimos sobre tres cuartos de hora (cada vez estoy más convencido que esto de los Spa y los balnearios no va mucho conmigo).
Dejamos el Spa y en cuanto nos vio el paisano, lo primero que nos dijo fue que todavía teníamos tiempo para seguir abajo en el Spa (y yo pensando que lo que nos había sobrado era el tiempo en dicho lugar precisamente…).
Una vez de vuelta en la habitación me duché y mientras a Noe le tocaba su turno y se preparaba para la cena, salí a dar una vuelta para hacer algunas fotos del Hotel por fuera.
Otra cosa a destacar dentro de la habitación era la televisión enana que estaba en lo alto “estilo hospital”.
(Si lo llego a saber, la verdad hubiera llevado los prismáticos para ver la tele desde la cama, la verdad).
Una vez que fui a por Noe, bajamos a las 21h30 a por la cena.
Visto lo visto, tengo que reconocer que no tenía muchas esperanzas que la cena saliera del todo bien, pero bueno, había que dar una oportunidad a la cocinera ya que la cena iba incluida en el paquete de la oferta y luego también porque tenía que cenar por la carrera que tenía yo al día siguiente.
Empezamos con una entrada que era paté en unos panecillos y…. pasó una cosa, que llegó el plato de marisco.
Lo siento, pero tengo que decir que hay un antes y un después sobre mi visión del mundo de las zamburiñas después de este día.
¡El plato de marisco eran cinco zamburiñas gratinadas!
Y a todo esto, la señora preguntando, que qué tal con el plato de marisco y nosotros diciendo, bien, muy bien.
Mientras sucedía se sentaron una pareja de mexicanos al lado nuestro.
Mientras hablábamos con ellos llegó el segundo plato que era merluza con salsa de pimientos del piquillo con base de patatas panadera.
Este plato no nos gustó mucho. Además venían las patatas algo quemadas.
Después de esto, llegó el postre que era una tulipa con bolas de helado.
En esto, llegó otra pareja gallega, con la que estuvimos hablando un buen rato. Mientras tanto, los mexicanos ya se habían ido.
Nos despedimos de éstos y ya subimos a la habitación, ya que tenía que descansar para el día siguiente.
Pero no todo iba a ser notas negativas en este hotel. Como nota positiva e importante para mí, era que descansé bastante bien, ya que la cama era bastante cómoda para descansar.
Al día siguiente, nos levantamos a las 08h30 y tras hacer de nuevo la maleta nos despedimos de la dueña, optando por desayunar en Carballo.
Pero antes de desayunar tocaba visita de nuevo al lugar de recogida de los dorsales, ya que el día anterior había descubierto que no me habían dado imperdibles para sujeta el dorsal.
Tras recoger dichas sujeciones, desayunamos en el bar-café Colón un desayuno en mi caso consistente de café, zumo y tostada de queso y fiambre con tomate.
Si el día anterior hizo un día espectacular de sol, este día había amanecido nublado y con bastante frio, así que la espera hasta que empecé a calentar se nos hizo larga.
Estuvimos viendo algunas carreras de los más pequeños y sobre media hora antes de las 12h, lugar de comienzo de la carrera, empecé a realizar algunos estiramientos y a trotar suavemente.
Con estas pintas me presentaba yo a la carrera.
La carrera me gustó menos que la anterior de Sarria.
Iba con cierto miedo sobre una posible lesión, pero al final las piernas me respetaron.
El circuito tenía algunos repechos y rectas que tiraban para arriba, por lo que aunque luego tocaba perder el desnivel ganado, se hacía algo duro para las piernas.
Al final llegué en un tiempo oficial superior al de Sarría, pero con el convencimiento que había corrido más rápido a pesar que el circuito era más lento que el de Lugo.
Al final un tiempo de 55:27 y muy satisfecho por no haberme lesionado y por haberme encontrado bien, aunque las piernas al final se quejaban algo.
Tras esperar un poco en la cola de la meta pasando algo de frio, recogí la camiseta azul acreditativa de la prueba.
Acto seguido fui a por el coche y me dirigí a la zona del polideportivo para ducharme.
Como soy un desastre, cuando estaba en el vestuario a punto de ducharme, vi que se me había olvidado el gel, así que me tocó ducharme solo con agua.
Tras la ducha, pusimos rumbo a La Coruña.
Dimos una vuelta por la zona de la Plaza de María Pita, sorprendiéndome la poca cantidad de gente para ser Domingo.
Como no encontramos la cervecería donde habíamos cenado hacía años, optamos entonces por comer en el Burguer King.
Acto seguido y viendo como estaba empeorando el tiempo, pillamos el coche y en tres horas nos plantamos en casa tras día y medio fuera.
Gastos *****
Peaje 1,95
Euros
Bar Victoria
(Camariñas) 26,50 Euros
Hotel 99,00 Euros
Desayuno 6,50 Euros
Peaje 2,50
Euros
Burger King
(Coruña) 13,00 Euros
Gasolina 77,00 Euros
Total 226,45 Euros
Kilometraje
***** 860Km.