Días: 01 y 02 Junio 2013
Comentario:
Este primer fin de semana de Junio había reservado habitación en un hostal en Sarria ya que tenía lugar en dicha localidad lucense la I Carrera de 10 Km que organizaba el club local de esta localidad, así que para Galicia nos fuimos Noe y yo a pasar el finde.
En un principio iba a ir por la zona del Bierzo en León para ver el Castillo-fortaleza de Ponferrada o para hacer una visita a Las Médulas, pero a última hora se me ocurrió ir por la costa para conocer el pueblo de Mondoñedo, al que le tenía muchas ganas desde hacía tiempo.
Pillamos el coche en un día nublado en Asturias y transitamos por primera vez por el nuevo Puente de La Concha de Artedo más algún tramo nuevo de la Autovía del Cantábrico inaugurado en los últimos dos años.
Tras una breve parada en un bar de carretera llamado “El Crucero” en la zona de Navia para tomar un par de cafés y el “bocata” de lomo, proseguimos con nuestra marcha hacia Mondoñedo.
En esta zona de Mondoñedo el tiempo se presentaba algo peor que en Asturias con la típica llovizna propia de la niebla, más alguna otra que era más típica de la nubosidad existente.
Llegamos a Mondoñedo, aparcamos el coche y el primer edificio que vimos fue el Centro de Interpretación del Camino Norte, sito en una casa señorial.
Allí nos encontramos con el encargado de dicho Centro, el cual nos comentó y nos aconsejó sobre algunos aspectos de Mondoñedo y de la zona.
Como anécdota, decir que cuando entré le comenté en plan broma que íbamos a ver si veíamos el fantasma de la Catedral, cosa que no le hizo mucha gracia.
Nos comentó que hace tiempo eran cuatro los que trabajaban allí y ahora en esos momentos, solo estaba contratado él (la crisis..).
Nada más salir de dicho Centro, nos apareció la Iglesia parroquial de Santiago o “Iglesia nueva”, ya que es la iglesia más reciente de Mondoñedo, la cual, tampoco me pareció por fuera nada del otro mundo.
Continuamos tranquilamente unos minutos y llegamos a la plaza donde se sitúa La Catedral y las casas con los soportales, así como una estatua homenaje al escritor Álvaro Cunqueiro.
Continuamos tranquilamente unos minutos y llegamos a la plaza donde se sitúa La Catedral y las casas con los soportales, así como una estatua homenaje al escritor Álvaro Cunqueiro.
La Catedral fue construida por el obispo Martiño entre 1230 y 1248 y conserva todavía la puerta románica primitiva.
La verdad, esta catedral no me gustó nada, la vi muy oscura, casi sin luz para mi gusto (esto se debía según Noelia a que era de arte Barroco). Apenas existían vidrieras y las que había eran muy pequeñas y apenas dejaban pasar la luz.
Después de la breve visita a la catedral, proseguimos en nuestro andar por Mondoñedo y lo siguiente que vimos fue La Fonte Vella, la cual fue mandada por construir por Diego de Soto en el año 1548.
A continuación y cerca de esta fuente se situaba el Seminario Santa Catalina, el cual es el mayor edificio de la ciudad y su origen se remonta a finales del siglo XVI.
Dicho seminario, se fundó entre 1569 y 1572, lo que le ha convertido en uno de los tres primeros que se erigieron en España.
Dimos la vuelta a la catedral y subiendo por una calle, dimos con la plaza del Ayuntamiento.
De repente a unos 100 metros pude observar una de las cosas más típicas de Mondoñedo, “La Casa de O Rei das Tartas”, fundada por Carlos Folgueira, repostero ganador de numerosos premios y al que vi, cuando yo era guaje, en numerosas ocasiones en el concurso de TVE “1,2,3,..”.
El precio de la tarta típica en la casa que el gestó me pareció caro (16 euros) y aunque tenía buena pinta la tarta, para mí no era más que una tarta de almendra por el aspecto que pude observar.
Desistimos de gastarnos ese dinero en la tarta y decidimos ir para el coche para abandonar Mondoñedo y poner rumbo a Villalba, también en la provincia de Lugo.
En Villalba no paramos ya que el pueblo no parecía tener mucho encanto para nosotros.
Pasamos por delante de su Parador con su torre y pusimos rumbo a Lugo con el objetivo de dar una vuelta antes de tirar definitivamente para Sarria.
Aparcamos sin problemas en la ronda exterior de la muralla y rápidamente traspasamos una de las puertas de acceso al interior de la ciudad amurallada.
Nos encaminamos hacia una zona conocida de bares, donde paramos a tomar algo en tres de ellos, “Tapería Tosar en la que aparte de pasar con un par de pinchos, nos pusieron una cazuelita de callos con garbanzos y otra de patatas bravas”, “Mesón A Fabrica, en la que nos pusieron un par de pinchos, pero qué diferencia para peor comparada con nuestra anterior visita a este local con Oscar y Maite” y por último “El Banco Café, en el cual nos pusieron una tapa muy buena de champiñones fritos con sal gorda, la cual nos gustó mucho”.
Aparte de pinchos y cazuelas, estuvimos bebiendo Alvariño y Ribeiro, lo cual, a mí personalmente sí que me colocó un poco.
Acto seguido dirigimos nuestros pasos hacia la Plaza de Santa María, cabecera de la Catedral de Lugo, en la cual no había entrado en nuestra anterior visita.
Dicha catedral es de estilo predominantemente románico y su construcción se inicio en 1129, finalizando en 1273.
Una de las joyas es el retablo mayor, obra de Cornelis de Holanda, el cual sí que me gustó mucho.
A Lugo se la conoce también como la ciudad del Sacramento, ya que en su escudo aparecen el cáliz y la hostia con una leyenda en referencia al misterio de la Eucaristía.
Después de nuestra visita a la catedral, fuimos dando la vuelta hacia el coche, pero caminando por la muralla.
Esta muralla tiene una longitud de 2.266m y está coronada por 85 torres.
En nuestro andar por la muralla observé un par de edificios que me llamaron la atención, el primero que debía ser algún edificio oficial, aunque más bien parecía un hotel de época, y el segundo que era una pequeña iglesia al lado de la ronda de la muralla.
Llegamos al coche y ya cogimos destino a Sarria, lugar de la carrera al día siguiente y en la cual pernoctaríamos.
Llegamos a la Pensión Dp Cristal de 1 estrella, la cual nos pasó desapercibida en un primer momento.
Subimos entonces a dejar la maleta a la habitación y tras descansar una media hora, salimos a dar una vuelta por el pueblo y de paso a recoger el dorsal de la Carrera.
Antes de empezar a caminar por el pueblo, nos acercamos hasta la Oficina de Turismo, estando ésta cerrada, por lo que no pudimos recoger información turística del pueblo.
Nos dirigimos entonces al “Polideportivo o Chanto”, lugar de entrega de dorsales el día antes de la prueba.
En el trayecto hasta dicho polideportivo, pudimos transitar por el paseo que va al lado del rio que le da nombre al pueblo de Sarria.
Recogí el dorsal (en este caso me dieron el nº 27 y la casualidad quiso que en la pensión nos dieran también la habitación nº 27) y la camiseta de la prueba, la cual me pareció bastante chula.
Acto seguido dejamos el dorsal y la camiseta en la pensión y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo para conocer algo y en busca de algún lugar para la cena.
Visitamos la Iglesia de Santa Mariña del siglo XIX y seguimos con nuestros andares por el pueblo, bastante muerto por cierto.
Tras alguna vuelta que otra, dimos con el lugar para cenar que me había recomendado mi hermana a través del Wassap, el restaurante “Mar de Plata”, situado en el hotel del mismo nombre.
En un principio no parecía el sitio más idóneo para cenar, pero aún así entramos. Tomamos algo y con dudas por nuestra parte y como veíamos que había gente que entraba en el comedor a cenar, decidimos darle una oportunidad a dicho lugar.
El comedor estaba bien y una cosa que me gustó fue ver que la cocina estaba totalmente abierta a la vista de los comensales.
El comedor estaba bien y una cosa que me gustó fue ver que la cocina estaba totalmente abierta a la vista de los comensales.
Tenía dicho lugar un menú y carta para la cena.
Nos decantamos por escoger algo de la carta, así que compartimos una de pulpo (el cual estaba bastante bien) y Noe eligió un filete que me pareció bastante aceptable y yo elegí Churrasco, el cual me vino acompañado de patatas con una salsa aparte de Chumichurri.
Bebimos agua y renunciamos a los postres, para terminar con dos cafés.
Nos cobraron al final 25 Euros por la cena con 3 más por lo que habíamos tomado donde la barra.
De aquí ya nos dirigimos al hotel para descansar para el día siguiente.
Al día siguiente despertamos, tras pasar en mi caso una noche un poco mala, ya que no pude descansar mucho que digamos. La causa fue que entre el ruido que hacía afuera una especie de Aire acondicionado (casi pegado a la ventana) más el colchón que era muy blando para mi gusto y unido un poco al nerviosismo por la carrera (no por la carrera en sí, sino porque veía alguna que otra posibilidad real de lesionarme, ya que notaba alguna que otra molestia en la pierna de la lesión de Abril) pues el descanso no había sido todo lo bueno que tenía que haber sido.
Tras hacer la maleta, bajamos a por el desayuno buffet (5 euros cada uno), el cual era más bien tristón, pero tenía hambre ya que notaba el estómago algo vacío y como tenía que correr en un par de horas, no tenía más remedio que meter algo de energía para el cuerpo.
Pagamos, metimos las cosas en el coche y acercamos el coche hasta el polideportivo con el objeto de tenerlo al lado de éste cuando fuera a ducharme después de la carrera.
Fuimos a la zona de la meta donde ya se agolpaba algo de gente.
Calenté bastante bien, poco a poco, aunque no me notaba muy ágil al trotar, pero era cuestión de tiempo el que empezara a coger algo más de facilidad a la hora de correr.
El tema era no lesionarme, así que iría vigilando el estado de las piernas esperando que tipo de señales me daban.
Al final, la carrera se desarrolló para mí, mucho mejor de lo esperando en un inicio. Las piernas apenas se quejaron y toda la carrera fui a ritmo, aunque en las últimas dos vueltas (de las tres que constaba la carrera) pude adelantar a algún corredor.
Al final un tiempo de 54:52, buenísimo para lo que yo esperaba y encima sin lesionarme (hacía un mes y medio que casi no podía caminar porque me había dado el síndrome del corredor en las pierna izda), así que si que estaba contento y mucho.
Al acabar la prueba, me dieron una especie de gel que nunca había visto, para poder recuperar mejor.
Aunque en los primeros minutos post-carrera quería darme algún pinchazo, creo que me valió mucho el ponerme dicho gel.
Junto al gel, me dieron una bolsa del corredor que tenía un Acuarius y una barrita energética.
Junto al gel, me dieron una bolsa del corredor que tenía un Acuarius y una barrita energética.
Después de la carrera me fui a duchar a un polideportivo diferente a donde estaba el coche, así que pateada hasta el coche y luego al polideportivo de las duchas.
Lo bueno es que éramos muy pocos para la ducha, cosa que se agradecía.
Después de la carrera, pasé por la Oficina de Turismo para recopilar algo de información y pusimos acto seguido rumbo a Fonsagrada para comer algo de pulpo.
En Fonsagrada paramos en el bar que habíamos estado con Oscar y Maite la última vez.
Se nota que han bajado el nivel y subido los precios (de 8 a 10 Euros el pulpo).
Pedimos una de calamares (que casi no se podían comer) y dos de pulpo más una botella de Ribeiro. Nos salió la comida por 30 Euros. No nos prestó nada dicha comida.
Entonces cogimos el coche y tras una breve parada en Grandas de Salime a tomar un café, pusimos rumbo a Oviedo tras alguna parada donde el Embalse de Grandas.
Datos de la Escapada:
Gastos *****
Parada en ruta para tomar café 3,50 Euros
Vinos en Lugo 13,20 Euros
Consumiciones 2,00 Euros
Cena 28,00 Euros
Alojamiento y desayuno 45,00 Euros
Comida Fonsagrada 30,00 Euros
Cafés 02,70 Euros
Gasolina 45,75 Euros.
Total 170,15 Euros.
Kilometraje ***** 550 Km.
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