Fecha: 18-05-2014.
Lugar: Restaurante La
Salgar (Gijón).
Comentario:
12º Aniversario de boda
y el lugar escogido para celebrarlo fue el Restaurante La Salgar de Gijón,
restaurante galardonado con una estrella michelín y en el cual tenía muchas
ganas de comer.
Enlace del restaurante…
Antes de ir a comer
tomamos el vermouth en Viesques y en los bajos de El Molinón.
Con estas pintas estaba yo este día.
Luego ya nos fuimos
hacia el restaurante…
Exteriores del lugar.
El comedor.
No tenemos suerte
normalmente cuando nos suelen ubicar en estos sitios.
Si en el Koldo Miranda
estábamos al lado de la puerta de los baños, en éste nos ubicaron al lado mismo
de la puerta de la cocina, aunque si que es verdad que luego durante la comida
no se noto en demasía para mal dicha ubicación.
Noelia sentada ya en la
mesa.
Ajetreo de los
camareros en la sala.
Miramos la carta y al
final nos decantamos por el menú gastronómico.
Foto de dicho menú.
Nos sirvieron un par de
trozos de mantequilla, uno de sabor de limón. (Estaban bien).
Después vendría ya el
primer plato novedoso que probaría, la cuajada de ajo blanco con junto de
tomate, que me gustó, aunque si que es verdad que casi se veía microscópica dentro
del gran plato en el que venía.
Luego vendría la nécora
que se comía entera y aquí cabe decir que era muy original su presentación.
El plato de tortellini
de faisán que venía en el menú gastronómico no lo había, así que dicho plato
iba a ser sustituido por unos callos de bacalao que era la primera vez que los
probaba y me encantaron.
Acto seguido vendrían a
la mesa unas mollejas de lechal con espuma de queso, yema de huevo de corral y
penca de acelga. Nunca las había probado y me gustaron.
Ahora vendría el plato
que peor salió ya que nos trajeron el pescado de la rula con su mejor
acompañamiento, siendo el pescado en cuestión una rodaja de merluza que la
verdad la encontré sin sustancia.
Y al final, la carne
del día que consistía en un par de trozos de cochinillo que estos si que
estaban bien.
Después de la carne ya
vendrían el par de postres que venían en el menú gastronómico.
El primer postre iba a
consistir en una panacota de apio granizado de hinojo manzana y gel de menta,
la cual no me dio mucho más.
Y el segundo postre que
nos presentaron era un souffle y tierra de avellanas con helado de nata y jengibre,
siendo en este caso un postre que si que me gustó.
Al final pedimos un par
de cafés que vinieron acompañados de un par de rosquillas de chocolate y de otro
par que no me dieron más.
Decir que en el menú
había la posibilidad de pedir maridaje (19 euros), que era algo así como la posibilidad de
ir probando también diferentes vinos a medida que el menú se iba sirviendo en
la mesa, así que en vez de pedir una botella de vino, esto del maridaje fue lo que
decidimos al final.
Nos cobraron casi 174
Euros, dejando al final 175 con la propina.
No salí descontento y
con malas sensaciones, ya que sabía que éste era un sitio caro por el tema de
la calidad de la cocina y poseer una estrella michelín.
Como conclusión decir
que no es para ir todos los meses, pero para alguna ocasión que se quiera
celebrar algo o para algún capricho culinario está bien.
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