domingo, 25 de mayo de 2014

FINAL DE LA CHAMPIONS… REAL MADRID – ATLÉTICO.


Día: 24-05-2014.

Lugar: Lisboa.

Comentario:
Primera final de la antigua Copa de Europa de clubes entre dos equipos de la misma ciudad, así que como es habitual y tratándose de fútbol y de este partido “único”, el país se encontraba paralizado para presenciar dicho partido.

Lisboa, ciudad en la que se celebraba la final se encontraba invadida por varias decenas de miles de españoles con o sin entrada para vivir el ambiente de dicho partido.

En mi caso y después de haberme acercado a Lamuño a conocer el nuevo perro de mi hermana y cuñado, al que le han puesto el nombre de Bruce, regresé a casa para ver el partido.

Al final ganó el Real Madrid por 4 a 1, resultado engañoso ya que durante todo el partido fue ganando el Atlético y en el tiempo de descuento (min 93), Ramos pegó un cabezazo que metió el balón dentro de la portería del portero atlético Courtois.

El atlético se acercó poco a la portería de Casillas, pegando éste una cantada como pocas al fallar en la salida.

Como es habitual en el Real Madrid no se dieron por vencidos y hasta el final estuvieron intentando empatar, cosa que consiguieron con el cabezazo anteriormente mencionado de Ramos.

Se fueron a la prórroga y en dicho tiempo algunos de los jugadores del Atlético empezaron a sufrir calambres y el cansancio lógico del partido y yo creo que de toda la temporada.

Tácticamente para mí fallo el entrenador del Atlético, Simeone, ya que estando la estrella del partido una semana antes lesionada y con muchos problemas en el bíceps femoral, resulta que en este partido le puso de titular ya que parecía haberse recuperado milagrosamente tras haberse ido a Serbia, en concreto a Belgrado a tratarse con un tratamiento que consistía en placenta de caballo.

Cuando volvió a Madrid parecía haberse recuperado pero al final se vio que dicha recuperación era ficticia ya que al final duró sobre el césped el día de la final, apenas 10 minutos, con lo que tuvo que sustituirle y perder un cambio que al final del partido le hubiera supuesto algo de oxígeno extra para el equipo.

Decir que el Atlético jugó a partir del min 10 sin Costa y otra figura del equipo, Arda Turán, ni se vistió al estar éste lesionado de la espalda.

El Madrid jugó con el equipo oficial pero con la ausencia por sanción de Xavi Alonso.
Algunos enlaces y comentarios de dicho partido que creo que todos recordaremos, sobre todo por el final épico que tuvo.


“La Décima tenía que ser especial y lo fue. No podía ser una Copa más, un triunfo como otros, ni tampoco una alegría comparable. El pleno entusiasmo que significa esta conquista debe convivir con el absoluto desconsuelo de los vecinos de grada, de portal, de oficina. Lo heroico, concentrado en la inquebrantable fe del equipo en los últimos minutos del tiempo reglamentario, es una crueldad infinita visto desde la perspectiva del Atlético de Madrid.
El Atlético fue campeón durante 56 minutos, casi una hora, que habría que añadir a los seis minutos que fue campeón hace 40 años. Cayó igual que entonces. Cuando se creía vencedor, cuando todo el mundo lo creía, menos el Madrid. Volvió a suceder a dos minutos del final, como ante el Bayern. La coincidencia no es cruel, es sádica.
Lisboa ya será para siempre madridista, una extensión de La Castellana. A partir de ahora hablaremos del estadio de la luz blanca. En años venideros, por las callejuelas de la Alfama, será imposible no encontrarse a enamorados madridistas, tal vez enroscados bajo una farola, susurrándose, ellos iban de rojiblanco y tú de vikinga, siempre nos quedará Lisboa.
Disculpen el desorden. Es mucha la responsabilidad de escribir para un periódico que se guarda, que no envolverá bocadillos, que será releído dentro de muchos años, en alguna mudanza, cuánto se llora en las mudanzas; o quizá sea un periódico encontrado por sorpresa, porque la sana intención fue destruirlo. Saludos desde el pasado, ciudadanos del futuro: cuanto vivieron fue verdad, múdense tranquilos, lloren a placer. Ganó el Madrid y fue la Décima. Perdió el Atlético como hace 40 años. Aunque amarillee por el paso del tiempo, el valor de esta página es el de un certificado oficial. Ocurrió y fue inolvidable.
Lo escribo mientras observo a compañeros que saltan y a otros que se hunden en sus sillas. Me cuentan que esto es un balneario en comparación con lo que sucede en Madrid, donde los hinchas respectivos se hinchan a llorar o a reír. Las aficiones, al menos a esta hora, dan ejemplo de hermandad: no faltan quienes sollozan sobre el hombro de una camiseta blanca, hasta quienes dormirán en la misma cama que su adversario y lo seguirán haciendo durante muchos años más, viva el mestizaje.
Quien diga que no se puede ganar siempre, se equivoca; el Madrid gana casi siempre, concretamente gana una de cada seis Copas de Europa. Al Atlético sólo le queda un mínimo consuelo: ha perdido otra Champions, pero mantiene a salvo el mito y los anuncios, la gabardina y la niebla. No hay prisa por cambiarse de estadio, por abandonar el Paseo de los Melancólicos. Simeone seguirá siendo Robin Hood y el Mono Burgos, Little John. Ambos seguirán viviendo en el bosque de Sherwood.
Qué decir. La felicidad resulta escasamente creativa y el Atleti ha desarrollado una maravillosa lírica a partir del infortunio.
En el Madrid la película es más convencional: Ingrid se casa con Bogart, cierran el bar y tienen cinco hijos. Ser del Madrid es tan poco intrépido como ser ciudadano de los Estados Unidos. Dueños del mundo.
Para Cristiano Ronaldo era el momento, 29 años, su última Champions antes de la treintena, su primera final en cinco temporadas con el Real Madrid. Sus números de genio necesitaban de un título así que validara la leyenda. No pudo ocurrir en mejor lugar, en tierra propia y en hierba ajena, en el campo del Benfica, el eterno enemigo de su Sporting juvenil. 
El cómo fue mejorable. Cristiano jugó un partido discreto, fuera de forma, y diría que le sobró la celebración tras el cuarto gol, algo exagerada. Mal gesto, aunque buena foto.
El recuerdo del partido todavía escuece. Como estaba previsto, la primera parte se jugó en un zarzal. Imposible no rasgarse. Juego trabado, siderúrgico, medieval; cada balón planteaba una batalla, desembarco incluido. Poco que reseñar, sólo accidentes. Algunos cantados. A los ocho minutos se retiró Diego Costa; si fue un truco, tendrán que explicarlo. A los diez minutos, Cristiano había sido derribado en dos saltos, con cierto aparato. La intención, probar sus músculos.
La defensa del Atlético jugaba muy atrás para protegerse de las contras. Varios kilómetros más arriba, el equipo buscaba balones largos a Villa o Adrián. Sólo cuando se apoyaba en Juanfran generaba peligro. 
El Madrid salía rápido pero sufría vértigo en la proximidad del área y desde allí bombeaba balones para Santillana, que no jugó ayer. Di María era el único factor desequilibrante.
El gol de Godín fue tan poco agraciado como lo era el partido. Después de un córner, Tiago volvió a poner el balón en el área. Godín se adelantó a Khedira para cabecear de espaldas y Casillas se quedó a media salida, en mitad de ninguna parte. Cuando quiso sacar la pelota, el balón ya estaba dentro. En ese instante pensamos que el ángel de Iker también era baja. Le subestimamos.
En la segunda parte, el Atlético empezó muy pronto a jugar con el reloj. Sin perderlo de vista, se encerró cada vez más. Se acercó el Madrid y aumentó la agonía. Se encadenaron las ocasiones, dos de Isco y otro par de Bale. Según discurrían los minutos, el Atlético no sólo estaba amenazado por su rival de blanco, sino por un fantasma de 13 letras 13: Schwarzenbeck. El ogro alemán marcó a dos del final y Sergio Ramos lo hizo en el tiempo añadido, también a dos de la conclusión. Cristiano y Bale se llevaron a la parte armada de la defensa y el central cabeceó como indican los manuales. El error del Atlético había sido de bulto: el Madrid no es el Barça.
En la prórroga, el Atlético echó de menos el cambio que había gastado a los ocho minutos con Diego Costa. Muchísimo. Al golpe moral se añadió el desgaste físico, la incapacidad de Juanfran para dar un paso más, el derrumbe colectivo. Con todo, sobrevivió a la primera parte de la prórroga.
En el minuto 110 no pudo más. Di María rajó la resistencia del Atlético por la banda de Juanfran y su disparo, desviado por Courtois, fue remachado de cabeza por Bale. Aunque luego marcaron Marcelo y Cristiano, se acabó entonces. Hubo un tumulto, una implosión de pena y una explosión de alegría.
La Décima es madridista. Como la Copa de Europa. Al Atlético le queda el poema”.

Enlace del periódico Sport…

1.    Real Madrid

4

2.    Atlético

1


ALINEACIONES

·         Real Madrid Casillas; Carvajal, Ramos, Varane, Fabio Coentrao (Marcelo, m. 59); Modric, Khedira (Isco, m. 59), Di María; Bale, Benzema (Morata, m. 79) y Cristiano.
·         Atlético de Madrid Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis (Alderweireld, m. 82); Raúl García (Sosa, m. 66), Tiago, Gabi, Koke; Villa y Diego Costa (Adrián, m. 9).

ÁRBITRO

·         Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Raúl García (m. 27), Miranda (m. 52), Villa (m. 72), Juanfran (m. 74), Koke (m. 86) y Gabi (m. 99), por el Atlético de Madrid, y a Sergio Ramos (m. 27) y Khedira (m. 45), por el Real Madrid.

GOLES

·         0-1, m. 36: Godín; 1-1, m. 93: Sergio Ramos; 2-1, m. 110: Bale; 3-1, m. 118: Marcelo; 4-1, m. 120: Cristiano.

INCIDENCIAS

·         Final de la Liga de Campeones disputada en el Estadio de La Luz de Lisboa ante 60.976 espectadores.

Otro…
Se acabó la obsesión. El Madrid es el nuevo campeón de la Champions y punto. Dicho esto, el Atlético también mereció conquistar su primera Copa de Europa. El fútbol en ocasiones es justo y muchas veces es cruel. Muy cruel. Perder una final en la prórroga es lo peor que le puede pasar a un futbolista. Aunque no sirva de consuelo, ayer, el Atlético fue el campeón moral de la Champions. Por dos minutos, los rojiblancos sufrieron un golpe que tardarán en poder superar. No obstante hay que felicitar la campaña que han realizado y sobre todo, destacar el excelente trabajo de Simeone.  

El Madrid, en la gloria. El salto que  realizó Florentino Pérez cuando Sergio Ramos marcó el gol del empate demuestra el nerviosismo que estaba viviendo el presidente blanco. Lo único bueno para los culés de lo sucedido anoche es que ya no se hablará más de la Décima. Bueno, supongo que durante unos días nos la refregarán por la cara... Dicho esto, hay que felicitar al Madrid y destacar su espíritu de lucha. Una vez más, los blancos logran un triunfo importante en los minutos de descuento. Así es el fútbol.  

Tristeza azulgrana. La afición del Barça soñaba anoche con una victoria del Atlético y se escuchó algún que otro petardo cuando marcó Godín. En realidad era un triste consuelo pero siempre es una satisfacción que el eterno rival pierda. Sin embargo, la Décima no hace más que demostrar la desastrosa temporada del Barça. Terminar sin ganar ningún título es un gran fracaso que parece aún mayor si el Madrid logra un doblete. Si el presidente Bartomeu fuera Florentino, el Barça anunciaría hoy un fichaje pero aquí la contraprogramación no está prevista. No obstante, más vale que fichen y que fichen mucho y bien porque el Barça ha demostrado ser el equipo que más lo necesita. Al Madrid le fue por dos minutos pero ya la tienen y pasarán un fantástico verano. Tiempos duros para los culés pero que nadie olvide que no se puede ganar siempre. Quedarse una temporada en blanco es preocupante pero lo dramático sería que el año que viene todo continuara igual.

Otro.
Josep Maria Casanovas| 25.5.2014 | 04:05h.
DECIDIÓ LA PRÓRROGA. El Madrid estuvo al borde del KO pero acabó levantando la Décima. El Atlético por su parte estuvo a dos minutos de la gloria pero acabó encajando una derrota cruel. Así es el fútbol, se pasa de la grandeza a la miseria con una sorprendente rapidez. Un cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93, convertido en un gol salvador, cortó las alas a los rojiblancos que fueron a la prórroga como quien va al matadero. Estaban físicamente muertos y los blancos les pasaron por encima. La Champions la ha ganado la mejor plantilla y no el mejor equipo. La crónica de esta final estuvo a punto de ser muy diferente. Los blancos estaban contra las cuerdas y si llegan a perder les hubiesen molido a palos. Al final, el 4-1 del marcador es engañoso aunque nadie puede discutir que el Madrid mereció el título. El problema del equipo rojiblanco es que ha llegado a final de temporada sin gasolina, sin Diego Costa y movido solo por la fe. No  crearon en todo el partido ni una sola ocasión de gol, el tanto marcado por Godín fue una salida en falso de Iker Casillas que se comió un remate fácil de parar si se llega a quedar en su sitio. El Atlético ha llegado mucho más lejos de lo que nadie podía imaginar y tuvo durante una hora al Madrid acojonado. Pero al final se impuso la lógica, los madridistas han salvado la temporada, doce años después conquistan la Décima, entierran una obsesión y hacen historia.

CARA Y CRUZ. Nada que reprochar al Atlético, lo dieron todo y estuvieron cerca del milagro. Hace cuarenta años, también en tiempo de descuento, el Bayern de Beckenbauer le arrebató la Copa de Europa. La historia se ha repetido. Cuando se defendían como leones, cuando soñaban con el mayor éxito de su vida, el gol de Sergio Ramos hundió sus ilusiones. Superado el disgusto, pueden estar orgullosos. Campeones de Liga y subcampeones de la Champions. Vamos a ver qué pasa ahora en el Atlético, cuántos jugadores traspasan y cómo afronta el Cholo el futuro. En el Madrid, vienen días de vino y rosas. Florentino Pérez era el hombre más feliz del mundo, Ancelotti ha salvado la cabeza y los jugadores levantando la Décima han superado una obsesión que les hacía mucho daño. El Madrid ganó sin jugar bien, con Cristiano desaparecido, Benzema perdido y Casillas haciendo una cantada que les pudo costar muy cara. Bale, el hombre que les dio la Copa del Rey con su golazo, ayer volvió a marcar el gol que hundió al Atlético.

Algunas fotos…









No hay comentarios:

Publicar un comentario